"A pesar de los momentos de dificultad que atravesamos tendremos los brazos abiertos para acoger a los refugiados", fueron las palabras de la presidenta de la República de Brasil, Dilma Rousseff, el pasado lunes con motivo del Día de la Independencia de la nación sudamericana que tan solo en dos años se ha convertido en el principal destino de los refugiados sirios en América Latina.
En entrevista con Sputnik Nóvosti, el fundador de la ONG ADUS-Instituto de Reintegración de Refugiados de Brasil, Marcelo Haydu, explicó que en las últimas semanas el interés de ciudadanos brasileños en aportar su ayuda a los refugiados sirios a través del voluntariado se ha disparado como consecuencia de la divulgación de las imágenes de refugiados fallecidos en aguas del Mediterráneo.
Desde su creación en 2010 en Sao Paulo, la organización presta ayuda para la integración en la sociedad brasileña a refugiados de todas las nacionalidades (haitianos, colombianos, sirios, etc) a través de servicios como pueden ser clases de portugués, ayuda psicológica, refuerzo escolar para los niños, etc. y todo ello de forma totalmente gratuita gracias al aporte de los 320 voluntarios que participan de manera desinteresada con el proyecto.
"Tenemos que aprovechar este momento de máxima atención de los medios de comunicación y del propio gobierno sobre la situación de los refugiados para intentar hacer ver a los brasileños la necesidad de participar activamente en la acogida de personas víctimas de las guerras, el hambre o las dictaduras", aclaró la voluntaria a la vez que recordó que "los brasileños deben entender que el drama de los refugiados no solamente se produce en Siria, sino también en países más cercanos como Haití o Colombia, y todos ellos son igualmente importantes".
"Brasil no se quedará al margen a la hora de ayudar a minimizar el drama de estas personas", declaró recientemente el secretario Nacional de Justicia, Beto Vasconcelos, el mismo día que el gobierno de Brasil anunció la ampliación de las instalaciones del Conare en Brasilia y la apertura de centros de atención al refugiado en las ciudades de Sao Paulo, Río de Janeiro y Porto Alegre.
Sin embargo, y a pesar de los grandes avances en materia de acogida por parte del gobierno de Brasil, Haydu como pionero en el país en la ayuda a los refugiados, advirtió que "es importante que el gobierno esté de brazos abiertos con los refugiados, pero no basta con abrir las puertas sin tener una estructura mínima de acogida a nivel local", para concluir que "Brasil solo acoge a 9.000 refugiados en un territorio del tamaño de Europa, por lo que hay que ser optimistas sin olvidar que todavía queda un largo camino por recorrer".