A pesar de la espectacularidad de las cifras, lo cierto es que el resultado se encuentra muy por detrás de los 4.520 millones de dólares de superávit alcanzados en el pasado mes de junio, a lo que además habría que sumarle la evidencia de que tal reajusta de la balanza comercial del país se habría producido por una sustancial reducción de las importaciones de Brasil que por la expansión de sus exportaciones.
En concreto, las importaciones brasileñas se redujeron un 33,7 por ciento respecto al mismo mes de 2014 situándose en los 12.790 millones de dólares lo cual evidencia la difícil situación de la economía del país que enfrenta una caída brusca del consumo interno especialmente en los sectores del combustible (-64,9 por ciento), bienes de consumo (-21,9 por ciento) y bienes capitales (-21,5 por ciento).
A todo ello se suma la reducción del volumen total de exportaciones que se redujo un 24,3 por ciento respecto al mismo mes de 2014 situándose en los 15.480 millones de dólares con una importante pérdida de las ventas de productos básicos y manufacturados, con caídas en torno al 25 por ciento.
Por tanto, a pesar de que la economía brasileña deja atrás el desastroso balance comercial de 2014 con un déficit comercial de 3.930 millones de dólares, el peor déficit registrado desde 2008, lo cierto es que el saneamiento de su balanza comercial debe achacarse tanto a la reducción de las exportaciones como a la caída de las importaciones ante la pérdida del poder de consumo de los brasileños y su industria.
Por su parte, el Banco Central de Brasil estimó en torno a los 3.000 millones de dólares el superávit comercial para el conjunto de 2015 situando sus previsiones totales de exportación en torno a los 200.000 millones de dólares mientras que las importaciones deberán ascender a los 197.000 millones de dólares, una visión muy alejada de los 8.000 millones de dólares de superávit calculados por el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior.
