Desde el principio de su mandato el Gobierno de Rousseff (Partido de los Trabajadores) ha tenido dificultades para gobernar con holgura por estar en minoría, pero la situación se ha agravado en las últimas semanas por la tensión con el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), su principal aliado.
Lanzaba así un mensaje velado a una figura central en su partido, el polémico presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, que desde que se vio salpicado en el escándalo de Petrobras aseguró que rompía con el Gobierno y que no le iba a poner las cosas fáciles al PT.
Tema: Caso Petrobras
Entre esos obstáculos que Cunha quiere imponer ahora a Rousseff están las llamadas "pautas bomba", proyectos de ley que de aprobarse aumentarían más los gastos del Estado, justo cuando el Ejecutivo se esfuerza en afianzar su política de recortes y ajuste fiscal como herramienta para salir de la crisis económica.
Según Temer, en el segundo semestre se agrava una posible crisis: "Necesitamos evitar eso en nombre de Brasil, del empresariado brasileño y de los trabajadores", ha asegurado, remarcando que por encima de los partidos, del Gobierno y de cualquier institución está el país.