Según informó el 30º Distrito Integrado de Policía (DIP), un peón de obra de 20 años falleció en la mañana de este lunes a consecuencia de los más de diez disparos realizados desde un vehículo negro que había estacionado frente al domicilio de la víctima, un modus operandi similar al del resto de las víctimas.
Por ello, el Fiscal General del Ministerio Público del Estado de Amazonas, Fábio Monteiro, confirmó a la prensa local que la Policía Civil sospecha que las muertes puedan estar ocasionadas por la acción de un grupo de exterminio, probablemente por una represalia relacionada con el fallecimiento de un policía militar el pasado viernes.
"El modus operandi, la forma de actuar y la rapidez, hasta en la forma de llegar a los lugares, ejecutar y salir, es de quien sabe lo que está haciendo, profesionales", explicó al portal de noticias brasileño "G1" el fiscal Monteiro, dando a entender que se trataría de una facción de tipo militar actuando en venganza por el asesinato de un compañero.
En este sentido, el fiscal anunció también la activación de una investigación por parte de la Promotora de Justicia Especializada en el Control Externo de la Actividad Policial (PROCEAP), que controla de manera habitual los abusos cometidos por miembros de los diferentes cuerpos de la Policía Civil y Militar.
La acción de grupos de exterminio en Brasil es una constante desde el inicio de la lucha al crimen organizado y el narcotráfico desde finales de los años ochenta, en 2011 un artículo publicado por el diario Folha de Sao Paulo responsabilizó a estos grupos policiales del 2 por ciento de los asesinatos cometidos en la ciudad entre 2006 y 2010, es decir, 150 asesinatos del total de 7.725 homicidios registrados.
Tema: Narcotráfico, amenaza global
Ese mismo artículo señaló que en el 20 por ciento de los casos, los grupos ejecutaron a sus víctimas por "venganza", mientras que el 13 por ciento la motivación fue la "limpieza" de mendigos y drogadictos, y un 5 por ciento debido a ajustes de cuentas con narcotraficantes en asuntos turbios entre miembros de la policía corruptos y las facciones criminales.
El caso más celebre de este tipo de violencia endémica de Brasil se produjo el 23 de julio de 1993 en la Iglésia de Candelaria en pleno centro de Río de Janeiro cuando dos vehículos oscuros y con matrículas cubiertas bloquearon las calles de alrededor del edificio y dispararon sobre las decenas de mendigos que se cobijaban en torno al templo, la mayoría niños y adolescentes.
La "masacre de Candelaria" provocó la muerte un total de 44 personas, siendo el más joven Paulo Roberto de Oliveira de tan solo 11 años, sin embargo los siete miembros de la Policía Militar detenidos por y juzgados por el episodio fueron absueltos e incluso tres de ellos condenados a penas superiores a 300 años permanecen en libertad condicional en la actualidad.
