El costo de la vida en México parecer así más barato, comparado con los 21 dólares que cuesta en Rio de Janeiro la canasta Sputnik o los 25,8 de Buenos Aires, los 28 en Montevideo o el elevado costo de 35 dólares en Santiago de Chile.
La franja de opciones de compra entre un supermercado a un mercado popular o tianguis, palabra que perdura desde los antiguos mexicanos que llamaban así al corazón de sus plazas prehispánicas, tiene una brecha de más de cinco dólares para la canasta Sputnik en Puebla, la ciudad colonial patrimonio cultural de la UNESCO dominada por el humeante volcán activo Popocatepetl, a 80 km de Ciudad de México.
"Tenemos poca inflación, los precios no se mueven tanto; pero si el huevo o el azúcar suben es como si se acabara el mundo para nosotros", dice a Sputnik José Neri, 40 años, abarrotero del mercado de Cholula, quien fundó con su padre hace 23 años Abarrotes Pepe's, en uno de los mercados populares más famosos de Puebla.
Para los mexicanos, "el arroz se considera barato, a 14 pesos el kilo, aunque el pollo entero que ahora cuesta 40 pesos ha llegado a costar 60 pesos kilo". Sin embargo, en un recorrido por diversos puestos, en esta jornada se podía comprar hasta en 35.
"Nosotros estamos acostumbrados a regirnos por la oferta y la demanda, los productos de la tierra, las carnes y pescados, a veces no se sabe por qué escasean por un rato, tal vez por intermediarios y especuladores, pero eso no es frecuente", dice junto a su padre Don José.
"En todo mi vida sólo recuerdo la escasez cuando era un niño, y mi madre me llevó a buscar maíz que escaseaba, no había para nuestras tortillas, había que esperar los furgones y tapiscar, entonces conocimos el hambre, espero que nunca vuelva a ocurrir", relata el veterano comerciante a sus 76 años.
Pero sí ha habido escasez: el azote del narcotráfico en las fértiles montañas de Michoacán llegó a triplicar el precio del limón y el aguacate, ingredientes básicos para el popular guacamole prehispánico.
No hay experiencia que cautive más a un extranjero que visitar un mercado mexicano, los olores penetrantes de las especies, los sabores ácidos y picantes de su inmensa variedad de chiles, los puestos de frutas multicolores, la costumbre de comer tacos, tortas y tamales calientes en los mercados, la amable manera de vender a los marchantes ofreciendo tajadas generosas para degustar y seducir.
"Los europeos y los gringos se maravillan de los puestos de frutas y legumbres que siempre están frescas, aunque estén caras, cualquier gente pobre puede tener su cena, ¿o no doña Ana?", le pregunta Don Juan a una de sus clientas.
Doña Ana Tello, madre de seis hijos está de acuerdo: cada semana llega al mercado que ocupa una manzana completa a hacer sus compras: "necesito unos 300 pesos para hacer el mercado de la familia", cuenta. Son unos 20 dólares a la semana.
Pero con un salario mínimo de 70 pesos diarios, 490 pesos a la semana, queda menos de la mitad para los servicios y el transporte, tal vez nada para el entretenimiento. De allí surge la consigna de las protestas en las calles: "¡Salario mínimo al Presidente, pa' que sepa lo que se siente!".
En la primera quincena de junio, la inflación fue apenas un 2,87 por ciento anual, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), es decir, en el rango de las metas del Banco Central. Todo un éxito frente al 9% de Brasil, la otra gran economía latinoamericana que triplica el 3 por ciento de inflación anual esperado en México.
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La costumbre de comparar precios y buscar al mejor proveedor está arraigado en México, y ya existen los portales dedicados ofrecer productos ecológicos, sanos o dietéticos, que llegan a domicilio.
Los reportes quincenales de la inflación pueden seguirse por el portal del INEGI en internet. El anuncio de la víspera ha sido como siempre muy detallado: "entre los productos con los mayores precios a la baja estuvieron la uva, melón, limón, chile serrano, tomate verde, papa y otros tubérculos, mientras que los de mayores incrementos fueron la cerveza, jitomate, gas doméstico natural, carne de cerdo y pan dulce".
El verdadero abismo de México está en la desigualdad: la riqueza de cuatro millonarios representa el 9% del PIB, ante 53,3 millones de mexicanos en pobreza, casi la mitad del total, reveló esta semana un informe Oxfam: la economía número 14 del mundo es así uno de los 25 países más desiguales del planeta, al lado de la India y Sudáfrica.