Las Fuerzas Armadas "lamentan profundamente esta pérdida y reconoce el heroísmo de su comportamiento en el cumplimiento del deber, a la vez que manifiesta su pésame y solidaridad irrestricta para con sus familiares", indica un comunicado de la Secretaría de la Defensa.
Un total de 18 militares de las fuerzas de elite bajo control directo del Alto Mando castrense viajaban en la aeronave derribada por narcotraficantes en la una operación antidroga en el centro-oeste del país, en la persecución de capos del Cartel de Jalisco Nueva Generación.
Entre los nueve uniformados fallecidos —seis en el lugar del derribo del aparato en un cerro y tres más en hospitales en los días siguientes-, ocho pertenecían a las tropas especiales del Ejército y una mujer era una agente de la Policía Federal.
Los militares perseguían un convoy de camionetas de narcotraficantes del autodenominado Cartel de Jalisco Nueva Generación en el poblado agreste de Villa Purificación, cerca de las costas del Pacífico, donde las Fuerzas Armadas confiscaron al final de la batalla nueve camionetas, una de ellas adaptada para montar una ametralladora calibre 0,50, dos lanzacohetes RPG, dos lanzacohetes LAW, 10 cohetes útiles para RPG, quince armas largas, entre ametralladoras y fusiles de calibres 0,50 pulgadas y 7,62 mm.
El Ejército rindió homenaje la semana pasada a 95 miembros de las Fuerzas Armadas que han caído desde 2012 en la lucha contra el crimen organizado, centrada en descabezar a los carteles de la droga, con base en una lista de 122 objetivos, de los cuales 93 han sido arrestados o muertos.
En respuesta a la persecución del jefe de esa mafia, Nemesio Oseguera, alias El Mencho, los delincuentes incendiaron 36 vehículos para bloquear autopistas que rodean la ciudad de Guadalajara, 11 bancos y cinco gasolineras entre choques con agentes policiales, en los cuales fueron abatidos ocho presuntos delincuentes y una decena más arrestados.
Desde la semana pasada, Jalisco es el centro de una masiva operación antidroga con "todo el peso del Estado" –anunció el Gobierno-, donde las fuerzas federales combinadas mantienen un despliegue de miles de efectivos, cuyos detalles se mantienen en reserva por las autoridades.
Grupos de la sociedad civil convocaron a una marcha por la paz el sábado en Guadalajara, segunda ciudad del país, pero la respuesta refleja el temor entre la población y apenas logró reunir algunos cientos de personas vestidas de blanco, para exigir el fin de la violencia.