Entre los motivos expuesto por Leitao, quien habría consultado una fuente del Palacio de Planalto, sede de la Presidencia de Brasil, Rousseff habría descartado su presencia en el Día de la Victoria debido a que el emplazamiento de la ceremonia, en el Aterro do Flamengo, es un lugar muy expuesto y se teme la organización de protestas en los alrededores.
Al parecer, el barrio de Flamengo, uno de los de mayor renta per capita de Río de Janeiro, fue uno de los más activos durante la "cacerolada" del pasado martes organizada por los sectores de oposición, los cuales tienen una mayor presencia en esa parte de la ciudad y guardan una relación estrecha con el Ejército de Brasil, debido a su apoyo durante la dictadura militar (1964-1985).
Por otra parte, será el ministro de Defensa de Brasil, Jaques Wagner, quien acudirá el día 8 de mayo a la población de Pistoia, en Italia, donde prestará homenaje a los 462 brasileños que allí fallecieron y que son reconocidos por el monumento del arquitecto Olavo Redig de Campos, para posteriormente acudir a Moscú donde participará del desfile del Día de la Victoria de la Unión Soviética.
En este sentido, Wagner quiso recordar la importancia de que algún representante del gobierno de Dilma Rousseff acuda a Moscú para honrar a "los pueblos de la antigua Unión Soviética que pagaron un terrible precio con la muerte de 27 millones de sus ciudadanos, incluyendo 7,5 millones de soldados".