Aunque pueda parecer poco relevante, el discurso del líder del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) y aliado principal del Partido de los Trabajadores (PT) en el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, supone un fuerte contraste a los discursos tanto de Rousseff como el expresidente Lula da Silva desde el inicio de la crisis financiera mundial.
Sin embargo, con su plan de ajustes esperando su aprobación en el Congreso Nacional de Brasil, el vicepresidente Temer no ha tenido reparos en asegurar que la polémica declaración "es una opinión personal" y que "si ha dado resultados en Portugal seguramente los dará en Brasil".
Para evitar las peligrosas comparaciones con un país que fue rescatado por la Troika (BCE, FMI y CE) en 2011 a través de 78.000 millones de euros, Temer corrigió inmediatamente sus palabras al recordar que Portugal "pasó por una fase muy difícil" y que Brasil ahora se enfrenta "algunas dificultades".
Un polémico proyecto que no solamente le ha enfrentado con las principales centrales sindicales del país, Central Única de Trabajadores (CUT) y Central Trabajadores de Brasil (CTB), sino con sus propios aliados del PT y, en especial, con la presidenta Dilma Rousseff quien apoyó abiertamente las manifestaciones sindicales que este miércoles se repetirán en todo el país.