Así lo sugiere la última encuesta de Datafolha, publicada este lunes por el diario Folha de Sao Paulo, en la que solamente el 13% de los encuestados aseguraron unirse a la manifestación por el 'impeachment' de Rousseff, mientras que el 77% dijeron hacerlo contra la corrupción.
De entre los presentes, el 60% estuvieron presentes en las manifestaciones del 15 de marzo, además el 83% de las personas habían votado a Aécio Neves y el Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB) en las últimas elecciones.
Otro dato significativo es que los cálculos de Datafolha sobre la afluencia de público son casi tres veces inferiores a los de la Policía Militar de Sao Paulo, un cuerpo que depende del gobernador del estado y miembro del PSDB, Geraldo Alckmin, situando la cifra total en 100.000 personas frente a las 275.000 oficiales.
Como señala la encuesta, la media de edad (41% de mayores de 51 años) y de renta (el 41% de clase alta), aumentó respecto al 15 de marzo, y el 73% de los encuestados se declararon de raza blanca; por tanto, se trató de una manifestación mayoritariamente de los sectores más conservadores de la elite blanca de Sao Paulo, feudo de la oposición y capital financiera del país.
Con un total de 1.320 personas entrevistadas, solamente el 7% dijeron ser de izquierdas, mientras que el 95% dijo no estar afiliado a ningún partido político, dejando claro que fue un movimiento más ligado a los intereses de clase que a una verdadera motivación ideológica o pragmática.
En conclusión, la idea de un movimiento plural impulsado por los jóvenes líderes del Movimiento Brasil Libre parece más una teoría apoyada por los medios de comunicación del país que una realidad, ya que quienes pisaron las calles de las ciudades ricas del Sur y Sudeste del país tenían poco de jóvenes de clase media, sino más bien las elites que desde 2003 perdieron el control de la política del país.