El recorte al presupuesto de Pemex equivale a un 11,5% del gasto aprobado por el Congreso a la petrolera, cuyos impuestos representan más de la tercera parte del presupuesto del Estado mexicano.
Pemex es la más afectada por el recorte de 8.300 millones de dólares del gasto público federal decidido por el presidente Enrique Peña Nieto, debido a que los precios de la mezcla mexicana están por debajo de los 79 dólares por barril estimado por el gobierno para 2015, perdieron más de la mitad desde su pico de mediados de 2014 y ahora rondan los 50 dólares.
La compañía intentará minimizar el efecto en su producción –contraída de 3,4 a 2,4 millones de barriles diarios en una década-, sacrificará los principales proyectos de refinación y deberá renegociar contratos firmados antes de la caída de los precios.
Los planes originales pare este año, en el cual México abrió por primera vez su industria petrolera a la inversión privada desde la nacionalización de 1938, contemplaban la reconfiguración de dos de sus seis refinerías para disminuir su dependencia de la importación.
El ajuste “es de tal magnitud que se está difiriendo la ejecución de las principales obras en esta materia (de refinación), incluyendo reconfiguraciones de refinerías y los proyectos de gasolinas y diésel limpios (Ultrabajo Azufre)”, anunció la petrolera mexicana.
Los proyectos firmados por Pemex en el área de refinación, que ascienden a unos 2.800 millones de dólares (42.121 millones de pesos) para unos 3 años, sufrirán retrasos en su ejecución.
Además, Pemex retrasará la construcción de una planta de aprovechamiento de productos residuales en la refinería de Tula, en el centro del país, una inversión de 1.340 millones de dólares (20.100 millones de pesos).
“Petróleos Mexicanos mantendrá estas negociaciones (con los contratistas afectados) con estricto apego a la ley”, indica el comunicado.
