El informe exigía que las Fuerzas Armadas pidiesen una disculpa "clara y directa" por el uso sistemático de la tortura y las 377 muertes de disidentes políticos durante el periodo, algo que no ha ocurrido.
"No tengo ninguna sospecha de que exista una tendencia antidemocrática. Pero ese silencio significa que las Fuerzas Armadas no piensan que hicieran algo equivocado", aseguró Dallari quien considera "inaceptable" la situación e incluso señala que el silencio sobre la tortura "deja abierta la posibilidad" de utilizar las violaciones de los derechos humanos para hacer política.
Para reforzar su argumento Dallari recurrió al ejemplo del papa Francisco contra los casos de pedofilia en la Iglesia Católica: "Francisco reconoció que la Iglesia lo había hecho mal en ese asunto, que no debería haber ocurrido y que jamás debería volver a ocurrir. El asunto se ha cerrado".
Por último, Dallari incluso llegó a insinuar que el Parlamento de Brasil debería presionar a los militares a entonar el "mea culpa" presionando a la hora de votar el presupuesto para el sector de Defensa.
"El Parlamento vota los presupuestos en este país. Las Fuerzas Armadas reciben la mayor financiación de Brasil para crear el submarino de propulsión nuclear que desarrolla la Marina", declaró el abogado a la vez quien opina que el apoyo de la sociedad brasileña "no está siendo retribuido" por los militares.