Según el medio, los manifestantes fallecieron tanto a causa de enfrentamientos con la Policía como por confrontaciones por motivos religiosos y étnicos.
Las protestas comenzaron el 22 de octubre, después de que el activista Jafar Muhamed acusara al Gobierno de conspiración y de intentar detenerle en su propia casa.
Las manifestaciones fueron apoyadas por jóvenes del pueblo oromo al que pertenece Muhamed.
Actualmente las carreteras que llevan a la capital etíope Adís Abeba permanecen cerradas.