Los soldados dispararon a civiles, saquearon sus propiedades, quemaron casas y cosechas, expulsaron a miles de residentes de sus aldeas, según HRW que entrevistó a decenas de desplazados, observadores que supervisan el alto el fuego, trabajadores humanitarios, empleados de las Naciones Unidas y funcionarios locales, incluido el gobernador del estado de Río Yei.
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Human Rights Watch también recogió testimonios de violaciones y abusos sexuales cometidos por militares.
"Los civiles están siendo atacados, asesinados y violados durante las operaciones gubernamentales que tratan de erradicar a los rebeldes en el estado de Río Yei", enfatizó Jehanne Henry, director asociado de HRW para África.
Henry agregó que "todas las partes han de poner fin a los delitos contra civiles y garantizar la rendición de cuentas, mientras que el gobierno debería ayudar a las personas a recuperar sus hogares y sus medios de vida".
Aunque la mayoría de los abusos recientes fue cometida por las tropas gubernamentales, según HRW, también los grupos rebeldes realizaron ataques contra civiles en los últimos dos años e impidieron el acceso de trabajadores humanitarios a los necesitados.
Tanto el Frente de Salvación Nacional (NAS), del otrora jefe adjunto del Estado Mayor sursudanés Thomas Cirillo, como el Movimiento/Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLM/A-IO) del exvicepresidente Riek Machar, secuestraron a decenas de civiles en esta zona del sur del país en octubre y diciembre, según fuentes creíbles.
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El conflicto en Sudán del Sur, principalmente en el estado de Río Yei, continúa a pesar de un nuevo acuerdo de paz firmado en septiembre de 2018 tras el fracaso del anterior, de 2015. La formación de un gobierno transitorio de unidad nacional, acordada para mediados de mayo, se pospuso hasta noviembre.
Fundada en 1978 y con sede en Nueva York, la ONG Human Rights Watch vigila la observancia de los derechos humanos en más de 70 países.