"Si la violencia en Trípoli adquiere carácter prolongado, el sistema de salud quedará de rodillas", dijo.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales, el surgimiento de grupos yihadistas y mafias que se dedican al tráfico de migrantes irregulares de África a Europa.
Actualmente en Trípoli funciona el Gobierno de Unidad Nacional, reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU, presidido por Fayez Sarraj, y en funciones desde el 31 de marzo de 2016.
No obstante, ese Ejecutivo en Trípoli no es considerado legítimo por la Cámara de Representantes, parlamento unicameral con sede en la ciudad de Tobruk (este), con un gobierno propio y apoyado por el Ejército Nacional Libio.
Más: Enviado de la ONU para Libia alerta del peligro que representa una guerra civil
Tres días más tarde, las fuerzas leales al Gobierno de Unidad Nacional anunciaron la operación Volcán de Ira contra las tropas de Haftar.
Esta última escalada ha provocado unos 510 muertos y сasi 2.500 heridos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).