"El Servicio Nacional de Inteligencia y Seguridad de Sudán [NISS] ha anunciado la liberación de todos los presos políticos a lo largo del país", publicó el medio oficioso en su cuenta de Twitter.
La noticia llegó mientras los sudaneses esperan la publicación del comunicado oficial que, según la expectativa generalizada, pondrá fin a tres décadas del gobierno del presidente Omar Bashir.
Mientras se esperaba el anuncio oficial, las tropas se fueron desplegando en las principales carreteras, puentes y otras áreas clave de Jartum, incluyendo el recinto que alberga la sede del Ministerio de Defensa y la residencia presidencial.
El aeropuerto de la capital sudanesa suspendió sus operaciones y varios medios árabes, entre ellos Al Arabiya y Sky News Arabia, informaron sobre la detención de más de un centenar de jefes políticos, militares y partidistas, incluidos el primer ministro, Mohamed Tahir Ayala, y el ex vicepresidente primero, Ali Osman Taha.
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Fuentes del partido Congreso Nacional, en el poder, confirmaron a Sputnik la detención del extitular de Defensa y, hoy en día, gobernador del estado de Jartum, Abdel Rahim Mohammed Hussein, así como del presidente interino de esta formación política, Ahmed Harun, uno de los cuatro sudaneses buscados por la Corte Penal Internacional por su implicación en los crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Darfur.
Mientras, miles de personas en Jartum ya están celebrando la caída del que fuera gobernante del país durante 30 años.
No todos se apresuran a cantar victoria. La Asociación de Profesionales Sudaneses, el gremio que lidera el movimiento de protestas, instó a traspasar el poder a un gobierno de transición civil, acorde a la voluntad de las mayorías populares que se expresó en la Declaración por la Libertad y el Cambio a principios de este año.
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La asociación subrayó que la crisis no puede abordarse con otro golpe militar y llamó a continuar la acampada en el centro de Jartum hasta que se logren los objetivos de la declaración. Al mismo tiempo, hizo un llamado a la contención y la sabiduría, pidiendo evitar ataques contra oficinas gubernamentales y propiedad privada.
Las manifestaciones comenzaron en diciembre pasado, después de que el Gobierno decidiera aumentar los precios de los productos básicos.
Al Bashir decretó a finales de febrero el estado de emergencia en el país por un año, que prohíbe cualquier tipo de protestas, y anunció la disolución del Gabinete.
Además, pospuso una enmienda a la Constitución que le permitiría volver a postularse para las presidenciales en 2020, después de expirado su segundo y último mandato.
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Los mandatos de Al Bashir se calculan desde su victoria en las presidenciales de 2010, que se celebraron con base a la Carta Magna aprobada en 2005.
En 2016, Al Bashir prometió que no se presentaría como candidato en las próximas elecciones presidenciales.
