La escena, registrada por el fotógrafo de vida salvaje Ingo Gerlach, tuvo lugar durante la jornada de migración de estos enormes antílopes, que pueden llegar a pesar más de 200 kilos cada uno.
La manada de cerca de 80.000 ñus migraba de las llanuras de Serengueti (Tanzania) a la reserva de Masái Mara (Kenia), un duro viaje de cerca de cerca de 2.900 kilómetros que dura unos dos meses.
Los animales arriesgan su vida al cruzar las traicioneras aguas del río Mara. Muchos miembros de la manada mueren durante el cruce por aplastamiento, ahogados o se convierten en víctimas de los cocodrilos.
La migración de ñus se lleva a cabo entre julio y octubre de cada año como parte de un ciclo natural que repone y renueva las praderas de África Oriental.
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