Los cancilleres, ministros de Irrigación y jefes de servicios de inteligencia de los tres países se reunieron en Jartum, por primera vez desde noviembre pasado. El jefe de la diplomacia sudanesa, Ibrahim Ghandour, calificó de "constructivas e importantes" las conversaciones que duraron casi 17 horas, pero reconoció que no hay acuerdo.
"La reunión terminó sin lograr un consenso o una decisión conjunta. Suele pasar en asuntos polémicos", declaró Ghandour.
Su homólogo egipcio, Sameh Shukri, dijo entretanto que "El Cairo procurará resolver el litigio dentro de un plazo de 30 días".
La construcción de la represa, que se encuentra a unos 15 kilómetros de la frontera sudanesa, empezó en 2011. Una vez terminadas las obras, será la planta hidroeléctrica más importante de África y la séptima más grande del mundo.
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Los vecinos etíopes corriente abajo, Egipto y Sudán, están recelosos del impacto económico que el proyecto pueda tener sobre ellos, especialmente porque los acuerdos internacionales de 1929 y 1959 les asignan un 87% de las aguas del Nilo.