El presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró hace un tiempo que la Unión Europea podría apoyar una acción militar-policial de lucha contra la red de trata existente en Libia, subrayando que no se tiene en cuenta lanzar una guerra sino fortalecer una operación policial.
"Es importante señalar que la trata de esclavos es un problema añejo de Libia, existe desde la época del régimen [del derrocado Gadafi], sería lógico preguntar ¿por qué empiezan a hablar de eso solo ahora, no será que unos países quieren usarlo como pretexto para intervenir en los asuntos internos de este Estado?", señaló Dengov en el marco del foro Diálogos del Mediterráneo que se celebra en Roma.
Señaló que Moscú cree que es prematuro plantear el envío de contingentes militares a Libia sin haber coordinado este asunto con el Consejo de Seguridad de la ONU.
"Sostenemos que es inadmisible cualquier injerencia en los asuntos de un Estado soberano, que violaría las normas del derecho internacional", subrayó, así como recordó que "precisamente la injerencia militar en Libia provocó sus actuales dificultades".
Libia vive una profunda crisis desde 2011, año en que el derrocamiento y asesinato del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, creara un vacío institucional que abonó el terreno para una dualidad de poderes, la escalada de violencia, la proliferación de grupos yihadistas y mafias que trafican con mercancías y migrantes ilegales de África a Europa.
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Actualmente en Trípoli funciona el Gobierno de Unidad Nacional, reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU y presidido por Fayez Sarraj, pero este Ejecutivo, que funciona desde el 31 de marzo de 2016, no ha sido reconocido hasta la fecha por la Cámara de Representantes (Parlamento) con sede en Tobruk.
