El jefe de la OACDH, Zeid Raad al Hussein, "saluda el lanzamiento de la investigación internacional de los eventos en las regiones de Kasai de la RDC", escribió la oficina de la ONU en Ginebra en su cuenta de Twitter.
"Las víctimas merecen justicia", enfatizó el alto comisionado.
Por su parte, la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) comunicó que el Gobierno del país africano se comprometió a cooperar y facilitar el acceso a la región de Kasai.
Matar precisó la importancia de que las autoridades de la RDC garanticen "el acceso ilimitado y todo apoyo necesario para que se pueda crear un informe independiente y creíble".
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En septiembre de 2016 la oposición congoleña empezó a organizar manifestaciones contra el presidente de la RDC, Joseph Kabila, acusándolo de la aspiración a permanecer en el poder o aplazar las elecciones eliminando de la Constitución la cláusula que limita los mandatos presidenciales.
Según un informe de la Iglesia Católica, desde agosto de 2016 al menos 3.300 personas fueron asesinadas en la región de Kasai.
En particular, los investigadores de la ONU encontraron al menos 40 fosas comunes en la región de Kasai.
Además, dos pacificadores de la ONU en la RDC, Michael Sharp (EEUU) y Zaida Catalán (Suecia), que desaparecieron el 12 de marzo de 2017, fueron hallados muertos a finales de ese mes en las afueras de la ciudad de Kananga en la provincia de Kasai donde participaban en una misión para la estabilización y la paz.
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A principios de junio la OACDH exigió que el Gobierno de la RDC le diera respuesta hasta el día 8 sobre la posibilidad de organizar una investigación conjunta de las infracciones en la provincia de Kasai al explicar que las áreas donde se producen los choques son de difícil acceso.