En marzo de 2013 el Tribunal egipcio sentenció a muerte a 21 personas culpables de los disturbios, lo que provocó una violencia a gran escala contra la policía de Puerto Saíd, con decenas de víctimas y centenas de heridos.
Más tarde el Ministerio egipcio del Interior decidió trasladar a los hinchas condenados a muerte fuera de la ciudad, lo que causó nuevos enfrentamientos.
La policía de Puerto Saíd se vio obligada a retirar sus unidades de la ciudad, y el Ejército de Egipto tuvo que asumir temporalmente la responsabilidad de la seguridad.
En 2014 el Tribunal de Apelación ordenó un nuevo juicio contra 62 acusados, mientras que en 2015 el juez condenó a la pena capital a 11 hinchas.