Según el Ministerio del Interior, citado por el periódico digital, durante el jueves los miembros de las unidades de seguridad detuvieron a 13 personas, una de las cuales murió durante un intento de fuga.
Durante la detención de otras tres personas el viernes, uno de los sospechosos abrió fuego contra la policía y tomó a su esposa y su hijo recién nacido en calidad de rehenes, pero los familiares le convencieron de que se entregase.
El pasado 26 de junio, Túnez sufrió el peor ataque terrorista de su historia, cuando un estudiante local abrió fuego contra turistas en el balneario de Port el Kantaoui, cerca de Susa.
El atentado, reivindicado por el yihadista Estado Islámico, dejó un balance de 38 muertos, 30 de ellos ciudadanos británicos, y unos 40 heridos.