Sobre esta Nueva Alianza, que surgió en la Cumbre del G8 de 2013, crecen las dudas de que su genuino propósito sea crear las condiciones adecuadas para la entrada de las empresas multinacionales occidentales en el sector y el mercado agrícola africano.
Justicia Global acusa al G7 de "impulsar el hambre" en el continente africano con esta iniciativa y denuncia la falta de información previa sobre la reunión de hoy en Ciudad del Cabo, cuya celebración fue "filtrada por uno de los participantes".
El evento dio pie a una protesta colectiva de un centenar de organizaciones agrarias, movimientos sociales y grupos cívicos que urgen al grupo de las siete grandes potencias mundiales y a la Unión Africana a distanciarse de la Nueva Alianza.
"Las estrategias de la Nueva Alianza facilitan la apropiación de tierras y otros recursos naturales de África, potencian la marginalización de los pequeños productores y socavan el derecho a comida y nutrición adecuada", denuncian en su escrito difundido este miércoles.
Justicia Global llama la atención sobre una reciente auditoría independiente de la ayuda humanitaria destinada por Reino Unido a la Nueva Alianza, que puso de manifiesto su "inefectividad".
"Los 600 millones de libras de Reino Unido sirvieron realmente para subvencionar campañas de relaciones públicas de los grandes negocios agrícolas de las empresas que participan en el proyecto", denunció Heidi Chow, de la sede londinense de la red global.
Su colega en el Centro Africano para la Bioseguridad, Mariam Mayet, resaltó a su vez que esta iniciativa inicialmente auspiciada por el G8 "no trata de resolver la seguridad alimentaria y nutricional, sino más bien aporta inmensas oportunidades para que las multinacionales estructuren la producción de comida en África en su propio beneficio".
