Los expertos, señaló Alvazzi, estudiaron miles de cartuchos de bala para establecer el año de fabricación y el país de origen.
"La mayoría de las armas fueron producidas en la URSS y China en la época de la guerra fría, pero los insurgentes también poseen armas hechas en Bulgaria en 2011 y en China en 2010", reza el informe.
Además de fusiles, según el texto, los rebeldes cuentan con armas de gran poder, como cañones, armas automáticas y lanzacohetes.
"La mayor parte de sus equipos son armas sacadas de los arsenales de Mali, capturadas en los combates o robadas", se remarca.
"Otra fuente es Libia, donde las armas y municiones están disponibles tras el saqueo de los arsenales de Gaddafi", subraya el informe.
Los expertos concluyeron que no encontraron evidencias de que algún gobierno entregue directamente armas a los rebeldes y a los grupos vinculados con Al Qaeda en el norte de Mali.
La situación en Malí se agravó tras el derrocamiento de Muamar Gadafi en Libia.
Varios grupos extremistas, así como tribus tuareg que habían gozado de la protección de Gadafi, tras su muerte, abandonaron Libia y proclamaron el Estado de Azawad en el norte de Malí, desatando una guerra separatista.
Actualmente, la ONU mantiene en el país africano más de 7.460 cascos azules para normalizar la situación.