Una mujer que vivía en el tercer milenio a.C. sobrevivió a dos trepanaciones

Los paleopatólogos examinaron los restos humanos de la tumba de Camino del Molino, excavada en el sureste de España, y hallaron pruebas de dos trepanaciones en el cráneo de una mujer adulta. Y, a juzgar por el estado del hueso, ambas operaciones tuvieron éxito.

Según un artículo publicado, los restos datan del III milenio antes de Cristo. En 2007, en la comunidad autónoma española de Murcia, un conductor de excavadora estaba cavando un foso para la construcción de una futura vivienda. Durante estos trabajos, se topó con un grupo de restos humanos, lo que motivó una excavación arqueológica de conservación y rescate en 2008.

En ese sitio, los investigadores descubrieron una gran tumba de unos seis o siete metros de diámetro, en cuyo interior se hallaban los restos de al menos 1.348 personas, de las cuales cerca del 69% eran adultos, enterrados en el tercer milenio a.C., la era calcolítica. Según los arqueólogos, se trata de la mayor tumba prehistórica en cuanto al número de enterramientos.

En un nuevo trabajo, Sonia Díaz-Navarro, de la Universidad de Valladolid, junto con colegas españoles, presentó los resultados del estudio de uno de los cráneos encontrados en esta tumba. Pertenecía a una mujer adulta, de unos 148,7 centímetros de estatura, cuyo esqueleto está casi completo a excepción de la clavícula izquierda. Murió entre los 35 y los 46 años, hacia 2566-2239 a.C.

Los científicos observaron lesiones cicatrizadas en tres costillas de esta mujer, espondilosis en las vértebras y sarro y caries en los dientes. Lo que más interesó a los científicos fue un agujero de 53×31 milímetros situado en la fosa temporal izquierda. Sin embargo, un análisis más detallado demostró que no se trataba de un único orificio, sino de dos superpuestos.

Los científicos descubrieron que la mujer se había sometido dos veces a una trepanación del cráneo, raspando el hueso. Y en los bordes del agujero registraron rastros de cicatrización, prueba de que la persona seguía viva al menos unos meses después de las intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, todavía no está clara la razón por la que tuvieron que realizarse.