Las municiones con uranio empobrecido enviadas a Kiev son "una tormenta perfecta de peligros"

Ante el fracaso de la contraofensiva ucraniana, Estados Unidos decidió entregar a Kiev municiones con uranio empobrecido. Kevin Kamps, un activista especialista en la vigilancia y supervisión de residuos radiactivos de la organización no gubernamental Beyond Nuclear, advirtió sobre los múltiples riesgos del material radiactivo.

Las municiones con uranio empobrecido suministradas por la OTAN contaminarán con residuos radiactivos las regiones ucranianas productoras de cereales, advirtió un organismo de control nuclear.

Esta semana, Estados Unidos ha seguido los pasos del Reino Unido y anunció el suministro de estos controvertidos proyectiles perforantes para los tanques M1 Abrams que entregará a Kiev. Los carros de combate británicos Challenger 2 equipados con penetradores de uranio empobrecido ya han entrado en acción en la región de Zaporozhie y, al menos uno de ellos ha tenido un final abrasador.

El uranio empobrecido es el material sobrante del proceso de enriquecimiento utilizado para fabricar barras de combustible para reactores nucleares y, a niveles más altos, elementos de armas nucleares.

La concentración del isótopo uranio-235 fisible en el uranio empobrecido es de aproximadamente el 0,3%, un 40% del nivel del elemento en su estado no enriquecido, pero sigue emitiendo alrededor de un 60% más de radiación atómica que el uranio natural. La mayor parte es en forma de partículas alfa procedentes del U-238 y el U-234 (la forma más nociva de radiación si se ingiere en el organismo), con partículas beta emitidas por productos de desintegración que se forman al cabo de unas semanas.

Kevin Kamps explicó a Sputnik que la afirmación del portavoz de seguridad nacional estadounidense, John Kirby, de que las barras de penetración de uranio empobrecido no eran radiactivas ni cancerígenas es sencillamente falsa.

"Las municiones de uranio empobrecido están realmente pensadas para perforar blindajes. Pueden reventar tanques, pueden penetrar a través del hormigón (...) Es porque son muy densas. El uranio es el isótopo más denso de la tabla periódica de los elementos", observó Kamps.

Agregó que la naturaleza nociva del uranio empobrecido es bien conocida.

"Para empezar, el uranio en la naturaleza es peligroso", dijo Kamps al señalar que "es un metal pesado tóxico. Es lo que se dice ligeramente radiactivo, lo cual es un término equivocado, la radiactividad es peligrosa incluso en forma leve".

Añadió que el uranio empobrecido suele mezclarse con residuos radiactivos de centrales nucleares.

"Tanto en EEUU, de donde proceden estas municiones de uranio empobrecido, como en otros países, hay una mezcla de flujos de residuos de uranio procedentes del proceso de enriquecimiento", señaló Kamps al agregar que "eso puede significar a menudo que se pueden encontrar contaminantes de residuos radiactivos de alto nivel en los flujos de residuos de uranio que luego se convierten en uranio empobrecido".

Lo que hace que el uranio empobrecido sea aún más tóxico son sus propiedades pirofóricas: el material se inflama al alcanzar su objetivo, además de pulverizarse en polvo microscópico por el impacto a velocidad casi hipersónica.

"Es una especie de tormenta perfecta de peligros. Hay metales pesados tóxicos, hay radiactividad que puede contaminarse con radiactividad de nivel mucho más alto procedente de residuos radiactivos de alto nivel (...) Y luego se convierte en un polvo fino que se puede respirar, que sopla en el viento, que se deposita en el agua y fluye río abajo y a favor del viento y daña a las personas y a otros seres vivos a lo largo de todo el camino", subrayó el experto.

El activista dijo que lo primero que pensó al conocer la noticia de que el Reino Unido y Estados Unidos darían al Gobierno de Kiev municiones con uranio empobrecido fue que "Ucrania es considerada como el granero del mundo, en cuanto a su producción de grano".

"Así que ahora esos campos donde tienen lugar estas batallas van a estar contaminados con uranio empobrecido (...) Los contaminantes de residuos radiactivos de alto nivel pueden incluir cesio 137, estroncio 90. La lista es interminable. Así que no queremos eso en nuestro suministro de alimentos", concluyó Kamps.

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