La 'teoría del caos' en Haití: entre las pandillas y los intereses de EEUU

Haití vive una "situación caótica" en materia de seguridad por la violencia de las pandillas pero también por años de priorizar "los intereses de EEUU y no del pueblo haitiano", dijo a Sputnik el coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina, Henry Boisrolin.

En las últimas semanas fueron reportados 148 asesinatos —en su mayoría civiles— en la capital del país, Puerto Príncipe, que ha sido escenario de secuestros, violaciones, incendios y donde más de 9.000 personas se vieron obligadas a desplazarse por el temor, según recientes datos de la ong Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH).

Boisrolin aseguró que en el país, y sobre todo en la capital, se ha desatado el caos, pero no solo en "relación a los crímenes de sangre, sino también económicos, financieros" y en materia de justicia. De todas maneras, aclaró que se trata de episodios que se viven en territorio haitiano desde hace años.

"El país funciona o ha funcionado hasta hoy respondiendo a los intereses, salvo raras excepciones, de los EEUU a través de los dirigentes haitianos y también de la oligarquía reaccionaria haitiana", manifestó.

Boisrolin añadió que para "mantener el statu quo han desarrollado lo que se llama la teoría del caos y han poblado la capital del país con bandas armadas", advirtió.

Ante esta situación, el primer ministro Ariel Henry mantendrá reuniones con la oposición para acordar acciones. El Gobierno ha tenido un parlamento disfuncional y poco margen de maniobras, inmersas en irregularidades y una crisis política intensificada luego del magnicidio del expresidente Jovenel Moise en julio de 2021.

Ola de violencia que avanza

Boisrolin, que reside en Argentina desde hace años, describió a Puerto Príncipe como un "pueblo rehén de las bandas armadas (...) que luchan entre sí por conquistar mayor espacio territorial y tener más poder".

La RNDDH denunció "una masacre de una crueldad inédita" donde las víctimas fueron asesinadas con armas blancas, armas de fuego o quemadas vivas al interior de sus hogares, así como en la vía pública.

La situación de vulnerabilidad se agrava en el caso de mujeres y niñas que son usualmente violadas por las pandillas, que tienen la ciudad bajo control, principalmente en las zonas de contexto más crítico.

Debido a la gran peligrosidad, miles de personas se han visto en la obligación de desplazarse a hogares de familiares, escuelas cercanas o iglesias, o incluso para dormir a la intemperie.

"Se está hablando más de 10.000 haitianos que tuvieron que desplazarse, hay gente que estuvo durmiendo a la intemperie, ha abandonado sus casas", indicó y alertó sobre que "han incendiado casas, violado mujeres y niñas (...) Hay una violencia demencial que se está desarrollando en este momento", dijo Boisrolin.

En este contexto, en la madrugada del 11 de mayo fue asaltado el Palacio de Justicia y fueron saqueadas varias oficinas de jueces. a tan solo un día de que las autoridades anunciaran la cantidad de armas incautadas durante los últimos seis meses.

Asimismo, varios hospitales alteraron su operativa diaria: mientras que algunos protestaron por el secuestro de profesionales de la salud, otros están saturados por la cantidad de pacientes que concurren, víctimas de los ataques de las pandillas.

Boisrolin advirtió que si bien la banda 400 Mawozo "es la que evidentemente tiene mayor poder de fuego" y ha perpetrado secuestros,—como el recientemente confirmado secuestro del autobús con 17 pasajeros el pasado martes 10— es una dentro de las tantas que operan en el país.

Para Boisrolin, toda la situación crítica se enmarca en un intento de "doblegar al movimiento popular haitiano, organizar elecciones fraudulentas para que gane un miembro del PHTK —partido haitiano de centroderecha, que integraba el expresidente Jovenel Moise— o alguien dependiente de los intereses de EEUU".