Los fiscales de Latinoamérica, "consternados" por el asesinato de su colega paraguayo

El presidente de la Asociación Nacional de fiscales de Colombia, Jesús Ortiz Calderón, admitió sentir consternación por el asesinato del colega paraguayo especializado en crimen organizado, Marcelo Pecci, ocurrido en la isla colombiana de Barú, ubicada cerca de Cartagena (noreste), en diálogo con Radio Mitre de Argentina.

"Estamos consternados todos los fiscales de Latinoamérica por el deceso de nuestro compañero Marcelo. La situación en Colombia no deja de ser preocupante por la alta criminalidad que tenemos", afirmó Calderón al programa "Alguien tiene que decirlo" de la emisora argentina, y agregó: "Los grupos armados trascienden fronteras. Es preocupante para los colombianos situaciones como las que acaban de suceder con Marcelo".

Marcelo Pecci fue uno de los principales fiscales paraguayos destinado al combate del crimen organizado hasta el 10 de mayo, cuando fue asesinado en Colombia por dos hombres que le dispararon en una playa colombiana, informaron medios de ambos países.

"Las fuentes de información han dado a conocer una recompensa por 2.000 millones de pesos [colombianos, 491.000 dólares] para las personas que den información acerca del paradero de los autores materiales e intelectuales del homicidio", indicó Ortiz Calderón.

El fiscal colombiano también reveló que "hay varias líneas de investigación" para esclarecer el hecho.

En ese sentido, el director general de la Policía colombiana, Jorge Luis Vargas Valencia, dijo que "uno de los presuntos autores tendría aproximadamente 1,74 metros de estatura y acento caribeño", aunque aclaró que hay elementos "que hacen parte de la reserva de la investigación".

Radio Mitre de Argentina también entrevistó al presidente de la Asociación de fiscales de Paraguay, Augusto Salas, quien señaló: "Los operadores de justicia siempre hablamos de inseguridad, pero no pensábamos que podían llegar a este extremo. Estamos muy sorprendidos, asustados y por sobre todas las cosas tristes por lo que le pasó a nuestro compañero".

"Él fue asignado a una unidad especializada contra el crimen organizado donde era delegado fiscal. Llevaba casi siete años de fiscal. Era muy trabajador, de buena formación intelectual", agregó Salas.

Según confirmaron diversas fuentes, Pecci vivía con estándares muy altos de seguridad en Paraguay, pero no contaba con seguridad personal en Barú, donde pasaba sus vacaciones junto a su esposa, Claudia Aguilera.

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