El Kremlin descarta que la operación en la acería Azovstal afecte al retorno a la normalidad

MOSCÚ (Sputnik) — El Kremlin desestimó que los grupos de nacionalistas ucranianos atrincherados en la planta siderúrgica Azovstal puedan impedir el regreso de la ciudad de Mariúpol a la normalidad.

"Los combatientes ucranianos bloqueados en Azovstal no influirán de ninguna manera en la restauración de la vida pacífica en la ciudad", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una comparecencia ante la prensa.

Más de 2.000 soldados ucranianos se atrincheraron en la planta siderúrgica tras la operación de las fuerzas de Rusia y de Donetsk para liberar Mariúpol.

La ciudad que los nacionalistas ucranianos convirtieron en su bastión, remarcó Peskov, fue finalmente liberada y solo queda un grupo de estos individuos en la acería.

Los militares ucranianos, indicó, siguen teniendo la posibilidad de deponer las armas y salir por los corredores humanitarios establecidos.

El 17 de abril el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, el mayor general Ígor Konashénkov, desveló que en la planta de Azovstal se encontraban unos 400 mercenarios canadienses y europeos.

La propuesta de Guterres

El portavoz, además, afirmó que El Kremlin aún no ha reaccionado a la iniciativa del secretario general de la ONU, António Guterres, de reunirse con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski.

"Estas peticiones se hacen a través del Ministerio de Exteriores. No hay reacción hasta ahora", dijo a los periodistas, respondiendo a la pregunta correspondiente.

La víspera, la ONU entregó cartas a las misiones de Rusia y de Ucrania ante el organismo internacional solicitando una reunión entre Guterres, Putin y Zelenski sobre las medidas para poner fin a los combates en Ucrania.

El mandatario ruso anunció el pasado 24 de febrero el lanzamiento de una "operación militar especial" en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al "genocidio" por parte de Kiev.

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es "la desmilitarización y la desnazificación" de Ucrania.

Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.

Del 24 de febrero al 19 de abril, las hostilidades en Ucrania causaron la muerte de al menos 2.224 civiles y dejaron heridos a otros 2.897, pero el balance real es mucho más alto, según la ONU. La mayoría de estas víctimas, entre las que hay 176 niños muertos y 280 heridos, son resultado de ataques aéreos y de artillería.

Más de 5 millones de ucranianos buscaron refugio en los países vecinos, a lo que se suman unos 7,1 millones de desplazados dentro de Ucrania, según la ONU.

Numerosos países condenan la operación militar de Rusia y apoyan a Kiev con suministros de armas, donaciones, ayuda humanitaria y sanciones contra Moscú.

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