Destruir el pasado: el patrimonio del muralismo mexicano perdido por política o ideología | Fotos

A pesar de que los grandes artistas del muralismo mexicano tienen grabado su nombre en la historia, no todas las obras pictóricas de este modelo de trabajo han sido conservadas con el mismo celo artístico y profesional.

Aunque magnas obras pictóricas de Rufino Tamayo, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros o José Clemente Orozco acompañan edificios identitarios de México, como el Museo Nacional de Antropología, el Palacio de Bellas Artes o la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también han sido varios los trabajos destruidos o abandonados.

En el marco de su celebración de 100 años del muralismo mexicano, la Gaceta UNAM destacó casos en los que los trabajos artísticos de grandes nombres de la plástica mexicana, como el del Dr. Atl, no son resguardados o se cierran a la vista pública al pasar a colecciones privadas.

Alegoría del viento, de Roberto Montenegro.

© Foto : UNAM

"Perdemos murales cuando estos son borrados, como los del Dr. Atl en el Colegio de San Pedro y San Pablo, o si son destruidos, como los del Casino de la Selva, aunque también se pierden cuando dejan de ser públicos", destacó la maestra Rebeca Barquera, especialista de la Facultad de Filosofía y Letras de la principal universidad pública del país.

"Algo así acontece con el Polyforum (de Siqueiros, en la Ciudad de México), al cual le pusieron una barda enorme que nos impide verlo, al menos como se concibió originalmente, porque hay una trifulca entre privados y el gobierno de la ciudad. ¿O qué sucede con aquellos murales embodegados, empaquetados en plástico y que nadie puede observar?", reflexiona la académica.

Patrimonio amenazado

A un siglo del inicio del movimiento muralista, la UNAM señaló que no existe un registro preciso sobre cuántas obras han sido borradas, destruidas o resguardadas.

Luego del sismo de 1985, que devastó la Ciudad de México, el mural La historia de la industria y el comercio en México, de Alfredo Zalce, fue almacenado durante 30 años, destacó la UNAM.

Algo parecido sucede con América tropical II, de Siqueiros, con todavía más décadas retenido.

"Definitivamente cada mural perdido exige más trabajo de parte de nosotros como historiadores, pero también cada mural que se pierde tiene una historia que espera a ser contada y yo la quiero escuchar", destacó la profesora de Filosofía y Letras.

Otras obras perdidas

"Son muchas las composiciones murales de la década de los 20 del siglo pasado que fueron destruidas, borradas, repintadas, atacadas y alteradas", recuerda la UNAM.

"Ya fuera por decisiones políticas, pugnas ideológicas, problemas de conservación o simplemente por la necesidad de renovación de imaginarios, los murales perdidos forman una historia paralela a aquella de los muros pintados que siguen expuestos a la opinión y visión publica", añade.

San Cristóbal, de Amado de la Cueva.

© Foto : UNAM

Entre algunos murales destruidos o perdidos de México, la UNAM identifica:

La bella furia del mar, del Dr. Atl.

© Foto : UNAM