Presidente de Argentina desquicia a Occidente

En su visita a Moscú, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, realizó unas manifestaciones que repercutió en Occidente, pero en EEUU en particular, como una bomba de racimo. Luego, su vista a Pekín, con su adhesión a la Nueva Ruta de la Seda y posteriores declaraciones de autoridades chinas, terminaron por reventar más ampollas.

'Alerta máxima'

Las primeras palabras del mandatario argentino que resultaron incendiarias en EEUU y también en parte de la clase política argentina, las pronunció durante su visita a su homólogo ruso, Vladímir Putin.

"Estoy empecinado en que Argentina tiene que dejar esa dependencia tan grande que tiene con el FMI y los EEUU, y tiene que abrirse camino hacia otros lados, y ahí es donde me parece que Rusia tiene un lugar muy importante. […] El contexto es muy favorable para vincularnos mas entre Rusia y la Argentina. Tenemos que ver la manera de que Argentina se convierta en una puerta de entrada de Rusia en América Latina, para que Rusia ingrese de una manera más decidida", disparó Fernández.

El analista internacional Cristian Taborda incide en que estas manifestaciones del mandatario argentino tuvieron lugar "después del acuerdo logrado por Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional que trajo tensiones hacia la coalición de Gobierno a nivel interno".

Añade que, como consecuencia a ese acuerdo, "renunció a la presidencia del bloque de diputados el hijo de Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner, quien presidiera la bancada oficialista del Frente de Todos, en disidencia con la postura del ministro de Economía, Martín Guzmán, y el acuerdo firmado ante el FMI. En esas circunstancias se da el viaje de Fernández que de alguna manera deja un poco atrás ese conflicto interno y pone los focos en la política exterior argentina", subraya el experto.

Las manifestaciones del presidente argentino ante su homólogo ruso, desataron la ira en el país norteamericano, que a partir de esas declaraciones empezó a mirar, no ya con lupa, sino con microscopio, todos los movimientos del mandatario sudamericano, y a hacer un escrutinio a cada una de sus palabras pronunciadas.

Taborda explica que las observaciones de Fernández sobre EEUU y el FMI "tiene un sentido en la política exterior que viene llevando Argentina desde principios de [la década] del [año] 2000 de insertarse en el mundo multipolar, algo que EEUU aún no reconoce. Porque si hay algo que niega EEUU es la concepción de un mundo multipolar, y entonces podemos ver las bravatas que se hacen, tanto desde el recinto, como lo que sucede con el expansionismo de la OTAN".

La gota china

Y la gota que derramó el vaso fue la china. Y es que en su visita a Pekín, Fernández aprobó la incorporación de Argentina a la Nueva Ruta de la Seda. Un logro que difundió la Cancillería argentina a través de su cuenta de Twitter: "Con esta decisión estratégica, el gobierno nacional rubricará diferentes acuerdos que garantizan financiamiento para inversiones y obras por más de 23.700 millones de dólares, generando un nuevo hito en la relación bilateral que en los últimos 15 años se amplió y fortaleció notablemente".

Aquí definitivamente saltaron las alarmas en Washington. Y así lo corroboran las palabras del congresista republicano por el estado de Florida Matt Gaetz: "Si bien el Gobierno de [Joe] Biden, los medios de comunicación y muchos en el Congreso hacen sonar los tambores de guerra por Ucrania, existe una amenaza mucho más significativa para nuestra nación: Argentina".

En este sentido, el analista internacional Cristian Taborda advierte que el hecho de que "EEUU no reconozca el mundo multipolar, ni querer asumir la hegemonía compartida que hoy lleva en conjunto con China, incurre en un imperialismo anacrónico que hoy no tiene lugar en el mundo".