El meteorito mexicano más viejo que el Sol y que ayudó a comprender la formación del sistema solar

El 8 de febrero de 1969, hace 53 años, un objeto celeste iluminó el cielo de Allende, un poblado de Chihuahua ubicado a 253 kilómetros de la capital del estado. Se trataba de un meteorito que generó gran interés de la comunidad científica internacional.

El meteorito es originario de la órbita del planeta Júpiter, el más grande del sistema solar, e ingresó a la atmósfera terrestre desde el suroeste de Allende, donde se fragmentó, recordó el investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Daniel Flores Gutiérrez.

El meteorito de Allende, estudiado en el laboratorio lunar de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) del gobierno de Estados Unidos, fue identificado como un cuerpo carbonoso con elementos minerales de entre 0,5 y 1 milímetro de diámetro conocidos en la Tierra.

"También se determinó su edad, cuyos isotopos indican que se formó antes de que el Sol comenzara a brillar", identificó la indagatoria astronómica, es decir que se trata de un cuerpo con unos 4.750 millones de años de edad.

El estudio del meteorito, recordó Flores Gutiérrez, permitió ajustar ideas sobre la formación de los cráteres de la Luna.

"El estudio del Allende conduce a las primeras etapas de la formación del sistema solar, algo que recientemente se ha documentado con ciertos arreglos cristalinos carbonosos en el meteorito", señaló la UNAM en un artículo de divulgación.

Los mensajes cósmicos del meteorito, destacó la universidad, aún no han sido agotados, por lo que sigue siendo materia de interés de los astrónomos.