Fabricio Alvarado, el evangélico que busca la presidencia de Costa Rica

SAN SALVADOR (Sputnik) — El pastor evangélico Fabricio Alvarado, que hace cuatro años ya disputó la segunda vuelta en las elecciones de Costa Rica, recupera espacio en la carrera por la presidencia de la República con su discurso ultraconservador y centrado en los valores familiares.

Como sus rivales de turno, el candidato del derechista partido Nueva República promete reactivar una economía desangrada por la pandemia del COVID-19 y la deuda pública, y proclama que ha desarrollado el liderazgo que necesita su país para salir adelante.

"Los costarricenses me identifican como el líder de Nueva República, como el impulsor de una propuesta fresca y coherente, muy alejada de los políticos que nos han gobernado y abandonado durante los últimos 30 años, o de alguna otra propuesta extranjera", dijo Alvarado en el último debate televisado antes de la entrada en vigor del silencio electoral.

El predicador y periodista es el candidato que más gastó en propaganda durante la campaña, unos 682.000 dólares, y llega con el aval de haber alcanzado hace cuatro años la segunda vuelta en los comicios que finalmente ganó el ahora saliente mandatario Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana.

Entre sus propuestas de entonces destacaron el rechazo al matrimonio entre parejas del mismo sexo y las iniciativas relacionadas con la fecundación in vitro, el aborto y la identidad de género, todos temas legalizados por la actual administración.

No obstante, su discurso mantiene el fuerte hálito religioso, aunque ahora se pronuncia más sobre la crisis económica, el combate a la corrupción y ya adelantó su intención de impulsar una reforma educativa y la exploración y eventual explotación de petróleo.

Fundamentalismo a pulso

Nacido el 30 de mayo de 1974, Gerardo Fabricio Alvarado Muñoz se formó como periodista en la Universidad de Costa Rica, y aunque ha ejercido como comunicador en diversos medios, también es conocido como intérprete de música cristiana, con varios discos grabados.

Aupado por la popularidad amasada entre el público religioso y conservador, Alvarado saltó a la política en 2013, con el Partido Restauración Nacional, con el cual contendió en las presidenciales de 2018, en las que llegó al balotaje tras recibir casi el 25% de votos en primera vuelta.

Tras caer en la segunda ronda, tomó distancia de Restauración Nacional y fundó Nueva República, otra formación ultraconservadora, con la cual recorrió casi cada cantón del país, para cimentar sus aspiraciones electorales de cara a los comicios que celebrará Costa Rica este domigo.

Su experiencia política incluye un período como diputado de la Asamblea Legislativa (2014-2018), cuando fue criticado por su escasa preparación académica y ausencia de propuestas, algo que no parece quitarle el sueño al 20% de la población costarricense que profesa el evangelismo.

Para muchos, pesa más su carisma y facundia, y una retórica que invoca una y otra vez a Dios como guía y sostén, mientras reivindica los valores cristianos de moral y la familia tradicional.

A dios rogando…

Entre sus promesas de campaña destaca la disminución del desempleo al 6%, hacer más competitivo al país e incorporar a Costa Rica al mecanismo de integración económico y comercial conocido como Alianza del Pacífico, para atraer inversión extranjera directa.

Sin embargo, una reciente denuncia de la Procuraduría de la Ética contra el jefe de campaña de Alvarado, el diputado Jonathan Prendas, asestó un duro golpe a la imagen del predicador.

Ante esta situación, Alvarado pidió a sus seguidores que le ayuden a ganar en primera vuelta, alegando que ir a un eventual desempate, el próximo 3 de abril, le costaría más al erario público y retrasaría el comienzo de las acciones para devolver la prosperidad a Costa Rica.

Por lo pronto, las recientes encuestas de intención de voto mostraron un repunte de Alvarado, quien acecha ya al binomio favorito a priori, el expresidente José María Figueres (1994-1998), del Partido Liberación Nacional, y la jurista Lineth Saborío, de la Unidad Social Cristiana.