Los ritos y costumbres con los que Nicaragua recibe un nuevo año

MANAGUA (Sputnik) — La transculturización, los ritos y supersticiones dominan las formas de despedir el año en Nicaragua, país donde las comunidades culturales contrastan las experiencias para cerrar un ciclo de vida donde el común denominador es la esperanza.

Los baños en el mar o la lectura de los caracoles para conocer qué depara el año venidero en la costa Caribe dista mucho de los ritos del Pacífico, donde es parte de la tradición comer las 12 uvas de la suerte, comprar la llave de San Benito, quemar al Viejo o realizar las limpias o despojos de media noche, donde las creencias religiosas también se imponen en una buena parte de la población.

La quema de “El Viejo”….una tradición en Nicaragua que hasta hoy conocí….#chau2021#nicaraguanicaragüita #klavier #icaromusica pic.twitter.com/jPJa1q1xfF

— Pablo León (@MaePelacat) January 1, 2022

"Hay variantes en el mismo Caribe, el [grupo étnico] miskito del norte a través de la religión Morava o la Anglicana tiene la cultura inglesa en el vestir, en el comportamiento, en los cultos religiosos que son tan solemnes, tan elegantes el 31 de diciembre", expresó a Sputnik la escritora Lesbia González, originaria de Bluefields, Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS).

Costumbres ancestrales

El sincretismo caracteriza los rituales para despedir el año viejo en el litoral Caribe. Allí la herencia de la colonia inglesa y las culturas de los pueblos originarios se mezclan en las costumbres actuales, donde el mar se lleva las "malas energías" acumuladas durante el año.

"En la comunidad de Kakabila en Laguna de Perlas (RACCS) había un chamán: el maestro Florentino, era un miskito con creole (pueblos afrodescendientes) que hacía baños de mar (el 31 de diciembre) en la bahía, en una ocasión habíamos siete mujeres a la luz de la luna que nos bañamos para recibir el año nuevo limpias", comentó González.

A la orilla del mar también se práctica la lectura de los 12 caracoles que representan los meses del siguiente año.

"La lectura te la debe hacer un chamán a la media noche; el mejor juego de los caracoles es en la arena, a la orilla del mar, allí los tira el chamán como dados, y después los toca con el dedo índice y te va diciendo qué pasará en enero, febrero, marzo", explicó la escritora.

Ocultismo

Las supersticiones están a la orden del día para recibir el año: muchos compran brebajes u objetos con atribuciones mágicas para conectarse a un nuevo ciclo con la creencia de que los últimos minutos del año son determinantes para acabar con la "mala suerte".

Al negocio Productos Esotéricos Santa Bárbara, del mercado Roberto Huembes de Managua, llegan nicaragüenses buscando baños esenciales, lociones o amuletos para mejorar la suerte.

"Hay mucha gente que cree en esto (ocultismo), compran el producto, les funciona y regresan, porque alejan las malas energías, hay un "baño para fin de año" que viene compuesto con palo santo, hoja de laurel, boldo, papalón, uña de gato, que se usan en la medicina natural y para "despojos", es decir para hacer limpias de malos espíritus", manifestó a Sputnik el propietario del negocio, Juan Prado.

Prado subrayó que las "limpias" son los productos más buscados y deben realizarse en la tarde o el transcurso de la noche del 31 de diciembre, para después vestirse y "sentarse" a recibir el año nuevo.

Reveló que existen rituales específicos para usarlos después de la medianoche con amuletos de las buenas energías y una oración recitada en los primeros minutos del 1 de enero.

"Hay una llave de San Benito que es para atraer la suerte, trae grabada una casa, dinero o un altar, que simboliza lo que estás esperando: dinero, una casa, amor o prosperidad. Esa llave se prepara con la energía de la luna y aceites esenciales, en un ritual donde se exclama una oración con el nombre de la persona", dijo.

Prado explicó que los creyentes de lo oculto también buscan perfumes esenciales para la mejoría económica: Rápida Suerte, Levanta Negocios, Abre Caminos, Atrae Clientes y Trabajo Pronto.

Transculturización

Una de las costumbres más populares en Nicaragua es el consumo de las 12 uvas 12 minutos antes de que expire el año; un rito sencillo, económico y que se práctica en familia.

"La idea es que te comas una uva en cada uno de los últimos doce minutos del año, que realmente representa los 12 meses venideros. Vos tenés que pensar en 12 deseos y el último debe coincidir con la campanada del año nuevo", indicó a Sputnik la profesora Candelaria González.

La tradición de las uvas es originaria de España, pero se celebra en Nicaragua "desde que tengo memoria", dijo la profesora de 58 años, quien debe comprar uvas importadas, pues el clima tropical de la nación centroamericana no permite producirlas a gran escala.

Tampoco es originaria de Nicaragua la quema del muñeco que representa al [año] Viejo, pero su figura abunda en los barrios y comarcas donde es tradicional confeccionar el muñeco y rellenarlo con ropa vieja. Su quema simboliza el fin de un ciclo que pudo estar trazado de malas experiencias, desamores o penas que se quieren superar.

El muñeco artesanal se puede encontrar en los puestos de venta de fuegos pirotécnicos, pues en su versión más elaborada va relleno de pólvora.

"Quemar al "Viejo" es alegrísimo, es una costumbre quemarlo todos los años por la algarabía que provoca en la calle", puntualizó González.

Creencias religiosas

Para el sacerdote Juan Pastor Lozano, párroco de San Nicolás de Tolentino en Managua, la mejor manera de despedir el año es participando en la tradicional eucaristía de los católicos la noche del 31 de diciembre y recuerda que aún es tiempo de Navidad, pues ésta termina el 6 de enero.

"Estamos en Navidad todavía el 31 [de diciembre], así que celebrar el fin de año es celebrar la Navidad, no es solamente el nacimiento del Niño Jesús lo que se celebra sino el nacimiento en la fe, tener puesta la confianza en el Señor, nacer desde la fe", dijo a Sputnik el sacerdote Lozano.

Pese a las diversas creencias que persisten en las prácticas culturales de Nicaragua, la principal costumbre de las y los nicaragüenses es compartir en familia, cenar la gallina rellena, nacatamales (plato típico) o el popular gallopinto (arroz con frijoles) en los hogares de escasos recursos, y al amanecer partir hacia el mar.