La persecución de Julian Assange continúa

LONDRES (Sputnik) — Julian Assange seguirá batallando por su libertad y por una prensa libre a pesar del varapalo del Tribunal de Apelación, que dio luz verde al proceso de extradición, iniciado por EEUU, en la sentencia emitida en Londres.

El Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales validó el recurso interpuesto por Estados Unidos contra la sentencia de la Corte de Magistrados de Westminster, que frenó la entrega del fundador de WikiLeaks el pasado enero. En su sentencia, los dos jueces lores Ian Duncan Burnett y Timothy Holroyde autorizan el procedimiento en base a cuatro garantías diplomáticas ofrecidas por Washington al Gobierno conservador británico.

Stella Moris, madre de los hijos pequeños del periodista australiano, denunció la "abusiva naturaleza criminal y la persecución vengativa" contra su prometido. Assange, de 50 años, seguirá preso en la cárcel de máxima de Belmarsh, según ordenó el juez Holroyde durante la lectura abreviada del veredicto.

Más recursos

"Agotaremos todos los recursos nacionales e internacionales para defender a quien no ha cometido delito alguno y ha resistido heroicamente y con coraje durante más de 11 años la persecución por defender la libertad de expresión y el acceso a la información", declaró Baltasar Garzón, exjuez español y coordinador internacional de la defensa del australiano.

El experto legal expresó su "más profundo desacuerdo con la decisión" de los jueces de apelación que, según dijo, "consuma la persecución política desencadenada por EEUU contra WikiLeaks y Julian Assange por haber denunciado hechos gravísimos que afectaban a la seguridad de todos".

Se refería a los aparentes crímenes de guerra y abusos humanitarios que se documentan en unos 90.000 informes de Afganistán, 400.000 ficheros sobre Irak, 250.000 documentos del Departamento de Estado y más de 800 fichas e informes sobre los reclusos retenidos en Guantánamo. Fueron difundidos en el portal de WikiLeaks y en muchos medios nacionales, desde el New York Times a El País o The Guardian.

Libertad de informar

"Lo que está sucediendo en el marco de esta extradición es estructural para la libertad de prensa en el mundo. Estados Unidos está desplegando su jurisdicción y su poder punitivo contra un periodista en ejercicio por publicar información veraz sobre la comisión de crímenes de guerra por parte del Ejército de Estados Unidos", explica a Sputnik Aitor Martínez, profesor de Derecho internacional y miembro del equipo legal del australiano.

Martínez dirige en Madrid la demanda judicial del masivo espionaje de Assange y su entorno, incluidos médicos y abogados, destapado en la embajada de Ecuador. Testificó al respecto en el juicio de extradición y aportó informes en el procedimiento de apelación sobre que "Estados Unidos ha violado las garantías diplomáticas ofrecidas en el marco de extradiciones en forma reiterada ante diversos países europeos".

"Esas garantías serán apeladas ante la Corte Suprema", afirma en un mensaje de texto, en el que subraya que "este caso afecta a la humanidad libre".

Disponen de 14 días para presentar la petición al máximo tribunal británico, que puede aceptar o denegar la revisión de la causa. Es probable que lancen una "contra apelación" a fin de incluir cuestiones sobre la naturaleza política del proceso y de libertad de prensa, que la magistrada de Westminster, Vanessa Baraitser, pasó por alto en su sentencia.

Compromisos diplomáticos

Los dos jueces aceptaron dos de los cinco puntos de ley recurridos por EEUU. Por lo pronto, rechazaron los envites de su representante legal, James Lewis, para desacreditar la integridad del principal testigo médico de la defensa y restar importancia a los diagnósticos de la salud mental de Assange, que llevaron a la magistrada a concluir que "sería opresivo" extraditarle debido al "riesgo sustancial" de que se suicide en una cárcel norteamericana.

Aceptaron, en cambio, que las garantías extrajudiciales de Washington "excluyen la posibilidad" de que le apliquen el régimen de aislamiento en la red de penales de máxima seguridad. Martínez advierte que estas promesas diplomáticas "carecen de toda validez". "Si Assange es entregado a Estados Unidos, con toda seguridad violarían esas garantías y le proporcionarían el trato cruel, inhumano y degradante que todos sabemos le esperaría en ese país", sostiene.

Assange pasará probablemente otras Navidades en prisión, sin cargos pendientes en Reino Unido. La Justicia británica le ha denegado la libertad cautelar repetidamente desde que burló las condiciones impuestas en 2010 y se refugió en la embajada de Ecuador. Pocos esperan que lo logre esta vez y pueda contraer matrimonio con su prometida fuera del hermético recinto de Belmarsh.