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Mazazo en EEUU: la vida es aquello que pasa mientras Biden duerme

Mazazo en EEUU: la vida es aquello que pasa mientras Biden duerme
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Hecatombe. Debacle. Es la que sufre el Gobierno del presidente de EEUU, Joe Biden, y el Partido Demócrata en particular. Algo que acaba de manifestarse en carne viva en las elecciones de Virginia para el cargo de gobernador, donde luego de más de una década el Partido Republicano asalta el poder, en uno de los estados clave de la Unión.

Cómo ser el presidente de EEUU y no dormirse en el intento

Para entender lo que le está pasando a la Administración Biden, y también a su partido, el Demócrata, que sufrió una debacle en Virginia –un bastión fundamental– al ceder el cargo del gobernador a los republicanos en las reciente elecciones, basta con remitirse a la figura en sí de Joe Biden. 'Sleepy', como le llama al actual inquilino de la Casa Blanca el exmandatario Donald Trump, está más dormido que nunca.
"Biden es básicamente la desorientación en persona. No sólo es que se duerma en las reuniones del más alto nivel político, sino que también a veces hasta se gira y saluda al aire de unos modos que plantean serias dudas sobre el estado mental del presidente de EEUU, y de su viabilidad y duración al mando de la que todavía dice ser la primera potencia mundial, y que desde luego en cuanto a bases militares e influencia económica, pues así lo parece", observa al respecto el analista internacional Enrique Refoyo.
Los síntomas son claros, y basta poner como ejemplo la cumbre climática COP26. Entonces, y de forma telemática, en su intervención el presidente de Rusia, Vladímir Putin, lanzó una batería de ideas para salvar los bosques y habló cómo está procediendo su Gobierno para llevarlas a cabo en su territorio. Cualquiera con sus sistemas cognitivo y auditivo en funcionamiento, y con un mínimo de lógica en la comprensión, pudo entender claramente lo que manifestó el jefe del Kremlin.
"Estamos tomando las medidas más serias y enérgicas para preservarlos, mejoramos el manejo forestal, combatimos la deforestación ilegal y los incendios forestales, y aumentamos las áreas de reforestación. Estamos aumentando constantemente la financiación para estos fines", dijo por vídeomensaje. Asimismo, recordó que en Rusia se encuentra casi el 20% de todos los bosques del mundo, y afirmó que su país apoya el proyecto de declaración conjunta sobre bosques y uso de la tierra elaborado en el marco de la conferencia de Glasgow.
"Esperamos que su implementación impulse una asociación más estrecha para todos los países interesados en la conservación de los bosques", apuntó, y agregó que el proyecto también podría contribuir a alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. "Nos comprometemos a trabajar colectivamente para detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030, al mismo tiempo que garantizaremos un desarrollo sostenible y promovemos una transformación rural inclusiva", señala la declaración firmada en la Conferencia de Glasgow, y que Putin apoya.

El 'despertar' de Biden

Muy probablemente, Biden estaría soñando sueños ardientes en llamas cuando Putin intervenía, y al momento en que le tocaba su intervención en la cumbre de la COP26. Y al despertarse abruptamente trasladó a la realidad lo que estaba en su campo onírico, y lo primero que le salió de su boca fue que la tundra rusa estaba en llamas. Criticó a China, diciendo que afirma ser un líder mundial, pero de facto no participa en foros como el G20, y a continuación se despachó: "Es lo mismo con Putin en Rusia. Su tundra está en llamas. Su tundra está literalmente en llamas. Tiene serios problemas con el clima, pero guarda silencio sobre su deseo de hacer cualquier cosa". Eso sí, de las grandes áreas de territorio estadounidense que están en llamas, no dijo nada.
En todo caso, Biden debió interpretar sus sueños ardientes como la metáfora de lo que le está ocurriendo a su Gobierno, y en particular, a su partido Demócrata. Y es que transcurrido apenas un año de su victoria en las presidenciales de EEUU –con resultados protestados, no sólo por Trump, sino por gran parte de la ciudadanía estadounidense–, su Gobierno y el Partido Demócrata se caen como un castillo de naipes.
Así, el republicano ejecutivo de las finanzas metido a político, Glenn Youngkin, dio un mazazo mortal a Biden y a su Gobierno, al imponerse en las urnas para gobernador en el estado de Virginia al demócrata Terry McAuliffe. Y es que estos comicios servían para medir la temperatura política en el país norteamericano, y lo que muestra el termómetro es que los demócratas se congelan.
"Desde luego el electorado de centro, el que puede votar a republicano o demócrata, puede cambiar su voto según lo que le parezca. Es decir, no el votante de siempre de un partido, sino el que puede moverse, efectivamente se ha movido. Porque claro, los que podían rechazar a Trump por lo que se supone que desde los medios demócratas decían qué significaba, han visto que [tener] precisamente a Biden, que tener a la momia en el poder, pues quizá no sea la mejor de las opciones precisamente, porque se supone que Virginia es un estado muy importante dentro de EEUU, y que ven que tener el liderazgo demócrata no les va a llevar a ningún éxito, sino que les va a llevar a más hundimientos", concluye Enrique Refoyo.
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