A cinco años del Nobel de la Paz, ¿cuánto pesa Juan Manuel Santos en Colombia?

El expresidente colombiano Juan Manuel Santos entró en 2016 en la selecta lista de personas que obtuvo el Premio Nobel de la Paz gracias a su papel en el acuerdo de paz con las FARC. Retirado de la política, dedica su tiempo a libros y conferencias y no oculta sus diferencias con Álvaro Uribe e Iván Duque.

Cuando el Comité Noruego del Nobel comunicó el 7 de octubre de 2016 que el entonces presidente colombiano Juan Manuel Santos se llevaría el Premio Nobel de la Paz de ese año, atribuyó el galardón a los esfuerzos del mandatario para acabar con el conflicto armado que llevaba más de medio siglo en Colombia.

"El Comité Noruego del Nobel ha decidido dar el premio Nobel de la Paz de 2016 al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, por sus esfuerzos resolutos para poner fin a la guerra civil de más de 50 años de duración, una guerra que ha costado la vida a por lo menos 220.000 colombianos y ha causado el desplazamiento de cerca de seis millones de habitantes", explicó el jurado, que también procuró que el premio también fuera considerado como "un tributo al pueblo colombiano".

En efecto, la resolución del conflicto del Estado colombiano con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) había sido uno de los pilares de la gestión de Santos, que llegó al poder en 2010, con la experiencia de haber sido ministro de Defensa durante la administración de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).

La importancia que Santos dio al diálogo para alcanzar un acuerdo de paz lo reposicionó con respecto a los cuestionamientos que había sufrido durante los últimos años del Gobierno de Uribe, cuando se conoció la existencia de asesinatos extrajudiciales cometidos por las Fuerzas Armadas conocidos como 'falsos positivos', mientras Santos aún era ministro de Defensa.

Al recibir el Nobel de la Paz, Santos remarcó que cuando comenzó el diálogo "los colombianos no nos atrevíamos a imaginar el final de una guerra que habíamos padecido por medio siglo".

La vida de Santos después del Nobel

El Premio Nobel de la Paz logró consolidar una buena imagen de Santos a nivel internacional, al vincularlo directamente con el proceso de paz. Sin embargo, no fue lo mismo para los colombianos, ya que el mandatario terminó su período con una aprobación de tan solo el 22%, una cifra que contrasta con el 83% que había logrado en 2010, al comienzo de su primer período.

Al logro del acuerdo de paz, los colombianos le contrapusieron críticas por los problemas de corrupción o política económica. Ese panorama ayudó a que, a poco más de una semana de dejar su cargo de presidente, Santos anunciara públicamente su decisión de "retirarse de la política", descartando así la posibilidad de un retorno en 2022.

Cuando hablaba de su retiro, Santos habitualmente colocaba como ejemplo al expresidente Belisario Bentancur (1982-1986), que luego de su mandato se dedicó a la docencia y la promoción de derechos humanos.

En efecto, Santos —que antes de llegar a la Presidencia de Colombia había integrado la dirección del diario El Tiempo— regresó al mundo de las letras. En 2019 publicó La batalla por la paz, en el que trató su abordó el camino de su gobierno para llegar al acuerdo de paz, y en 2020 lanzó Un mensaje optimista para un mundo en crisis, en el que reflexiona sobre el devenir de Colombia en las últimas décadas.

Hace 30 años el camino de Ingrid Betancourt y el mío se cruzaron. Recorrimos la apertura económica, el proceso 8000, el Caguán, su secuestro, su rescate con la Operación Jaque y la búsqueda de la paz. Ahora cumplimos una cita para tener #UnaConversaciónPendiente, la que faltaba. pic.twitter.com/OQEjqqIQMX

— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) August 31, 2021

Santos mantuvo su prolífico promedio al editar otro libro en 2021: Una conversación pendiente. La obra recopila reflexiones del expresidente y de la excongresista Ingrid Bentancourt, secuestrada por las FARC entre 2002 y 2008, sobre la historia de Colombia y las idas y vueltas del proceso de paz.

En efecto, repasar los pormenores del proceso de paz ha sido una de las obsesiones de Santos tras dejar la Casa de Nariño, residencia oficial de los mandatarios colombianos. En 2018, al tiempo que anunciaba su retiro de la política, Santos creó la Fundación Compaz, que tiene por misión velar por "la construcción de una paz estable y duradera".

En el marco de su labor vinculada a la paz, Santos decidió presentarse voluntariamente ante la Comisión de la Verdad —organismo dedicado a investigar los crímenes cometidos durante el conflicto armado— en junio de 2021 para aportar información acerca de los crímenes conocidos como 'falsos positivos' durante su gestión como ministro de Defensa.

Allí, Santos pidió "perdón" a las familias de las víctimas y expuso públicamente sus diferencias con el expresidente Uribe por la forma de acabar con los grupos armados. "Uribe pretendía acabarlos militarmente, él quería una derrota total (…) Yo consideraba más viable una derrota estratégica, debilitar psicológica y militarmente a la guerrilla para llevarlos a una mesa de negociación, pero Uribe era el presidente y yo su subalterno".

Santos contra Duque y Uribe

Si bien se retiró de la política, algunas apreciaciones de Santos han logrado meterse en la agenda política, especialmente al dejar de ocultar sus discrepancias con Uribe y el actual presidente colombiano Iván Duque.

Santos ya había criticado a Duque por la violencia con la cual su Gobierno respondió a las protestas de 2021 y volvió a hacerlo en septiembre, luego de que Duque dijera en la Asamblea de Naciones Unidas que el acuerdo de paz entre Colombia y las FARC era "frágil". El Premio Nobel de la Paz expresó sentir "tristeza" al ver a Duque "haciendo el oso en las Naciones Unidas".

Las diferencias de Santos con Duque siempre han rondado la respuesta al acuerdo de paz, ya que el expresidente considera insuficientes las actuaciones del Gobierno colombiano después de 2018.

Santos también ha mantenido un perfil distante de Uribe, con quien mantiene serias diferencias desde que Santos planteó dialogar con grupos armados. Uribe, por su parte, mantuvo un perfil más cercano a cortar el diálogo y combatir a las FARC a través de la represión.