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Octavo mandamiento
Cuando los principios son irreductibles. Cuando la verdad se abre paso ante una de las más graves pandemias de la actualidad: la de las noticias falsas. Ahí está 'Octavo mandamiento', para revelar lo que otros intentan ocultar.

EEUU y Reino Unido: ¿ingobernables para sus autoridades?

EEUU y Reino Unido: ¿ingobernables para sus autoridades?
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EEUU y Reino Unido intentan dominar el mundo, pero ni siquiera pueden controlar sus respectivas situaciones internas caóticas. Mientras, en Colombia la violencia y el incumplimiento gubernamental empañan la celebración por los cinco años del Acuerdo de Paz. Este y otros temas en esta edición de Octavo Mandamiento.

El salvaje oeste

EEUU y Reino Unido embarcaron a Australia en una de las alianzas más beligerantes y peligrosas de las que se tenga memoria. Apelando al espíritu traidor de Canberra, Washington y Londres diseñaron un entramado que en momentos de bolsillos flacos, dejan a Francia con una mano atrás y otra delante, pidiendo agua por señas. Entonces, viene a la memoria la frase que se le atribuye a Joseph Fouché, precisamente un político francés del siglo XVIII: "Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es".
Y el precio lo paga justamente Francia, en beneficio de EEUU que se embolsará un generoso puñado de dólares que se lee con nueve ceros, y de Australia, que se hace con una tecnología que no tiene, mientras Reino Unido tiene como fruto no ser un paria tras el Brexit.
Pero estas flexiones de músculos de los superamigos superpoderosos EEUU y Reino Unido, no pueden ocultar las realidades internas de estos países sumidas en el caos y el descontrol. Por un lado, el FBI documentó en 2020 un aumento de los asesinatos en EEUU del 29,4%, lo que supone el mayor incremento desde que se mantiene este registro desde hace seis décadas, según un informe difundido este lunes: hubo 4.901 asesinatos más que en 2019. Dicho de otra forma, en 2020 hubo 6,5 asesinatos por cada 100.000 habitantes en el país norteamericano.
Al respecto, el analista internacional Eduardo Luque sostiene que "estamos asistiendo a un cambio que en el país imperial que es EEUU está en un claro declive y no es capaz de sostener unos mínimos de supervivencia para su propia población".

El reino del caos y la escasez

Después está el caso de Reino Unido. Mucho ruido y pocas nueces. O muchos puñetazos y poca gasolina. Más bien es eso lo que le está pasando a Reino Unido que padece de una tremenda escasez de gasolina y sus ciudadanos se están agarrando a puñetazo limpio en las calles por unos chorritos del combustible.
Así, Londres lanzó la "Operación Escalin" que involucraría a cientos de soldados británicos para que se pongan tras el volante de los camiones cisterna que transportan combustible, con el objetivo de aliviar la escasez que sufre el país actualmente, no exactamente por falta del carburante, sino porque no hay conductores que se pongan al volante para llevarlo hasta las gasolineras, y porque el pánico que se extendió entre la población desde finales de la semana pasada hizo que miles de personas no solo repostaran, tras hacer fila durante horas, sino que además se llevaran a casa bidones de gasolina.
Boris Johnson y su gabinete discuten la posibilidad de la 'Operación Escalin', luego de que los datos indicaran que las existencias en las estaciones de servicio están por debajo del 20%, que apenas dan para un par de días. Entre 1.500 y 2.000 gasolineras se han quedado ya sin al menos un tipo de combustible.
Después los pobres ingleses tienen que soportar escuchar que Grant Shapps, titular del departamento de Transporte, diga que culpables de la crisis de falta de combustibles son las personas que compran en estado de "pánico". Claro, que las existencias de las gasolineras estén por debajo del 20%, y que no haya conductores para los camiones cisterna, 'highly likely' no tiene nada que ver.
"Esto da la imagen de gente que no planifica, que no controla, de gente que a lo único que están dispuestos es a medrar en la política, a vivir de ella, y a hacer buenos negocios después", concluye Eduardo Luque.

Colombia y la soñada paz que no termina de llegar

El 26 de septiembre de 2016, Colombia y el mundo celebraban la firma de un Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC para poner fin a 52 años de una guerra que dejó más de 45.000 muertos y unos seis millones de desplazados. Sin embargo, a cinco años de esta firma, el balance no es del todo esperanzador.
"El balance pasa por aspectos trascendentales de sociedad, de cambios y de dificultades en la implementación. Los cambios tienen que ver, sobre todo, con el escenario político en conjunto. Es decir, Colombia pasó de una situación de guerra a una situación de transición al posconflicto con menores indicadores de violencia, con menores indicadores de confrontaciones armadas, pero sin que eso significara haber pasado a la paz. En la implementación concreta de los acuerdos ha habido muchos tropiezos porque se desató una fractura muy poderosa en la cúpula del poder entre los sectores de ultraderecha contra el Acuerdo de Paz, y eso obligó primero a una renegociación y a la firma posterior del acuerdo en noviembre, pero con el nuevo gobierno el pacto ha sido fracturado y se ha dejado de implementar en asuntos muy importantes", indica Camilo González Posso, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Pero ¿quiénes han sido los principales enemigos de este Acuerdo de Paz?
"La oposición más radical ha sido desde el Centro Democrático, el partido que actualmente está en el gobierno, encabezado por el expresidente Álvaro Uribe. Esa ha sido la vocería política de oposición, han dicho que el acuerdo es ilegítimo y han anunciado, intentado por todos los medios revertir puntos fundamentales, pero también hay sectores muy poderosos que se acostumbraron a hacer negocios en la guerra, apropiarse de minas, de recursos, tierras, rentas de narcotráfico, de poderes locales y que están incrustrados en el Estado, en las instituciones, en los partidos, en el Congreso, en el Gobierno. Esos sectores no quieren la paz, se acostumbraron a 70 años de enriquecimiento en la guerra y de perpetuar un régimen corrupto", explica González Posso.
Por su parte, el presidente colombiano Iván Duque, aseguró durante su intervención en la ONU que este acuerdo de paz era "frágil" y se refirió a las FARC como un grupo "narcoterrorista". A juicio del presidente de Indepaz, este discurso "es el peor exabrupto de un presidente de la República".
"Que vaya a un escenario más importante de la comunidad internacional a denigrar de un acuerdo de paz que ha sido aprobado constitucional y legalmente en Colombia, y que es frágil por la oposición de su gobierno. Es que eso es lo paradójico. Es un acuerdo muy fuerte por el apoyo ciudadano, más del 75% en las encuestas, manifestaciones de millones de colombianos en las calles reclamando la implementación del acuerdo, entonces la fragilidad es decidida por el partido de gobierno y el propio gobierno, y sigue con el discurso de estigmatización. No reconoce que hay una fuerza insurgente que entró a la paz y que, por lo tanto, tienen una condición de ciudadanos de pleno derecho, que hay un proceso de justicia y demás, sino que vuelve con la estigmatización. Eso es coherente con lo que dijo el ministro de Defensa simultáneamente sobre que teníamos una FARC y ahora tenemos tres, es decir, es una campaña en contra de los acuerdos", lamenta González Posso.
Sobre la declaración del presidente Duque en la que aseguró que, la Defensoría del Pueblo destacó que en los tres años de su gobierno se avanzó más en la implementación de este acuerdo que en los primeros 20 meses después de la firma, González Posso alertó que "no se pueden comparar tres años con 20 meses".
"Porque los primeros 20 meses fueron de institucionalización del acuerdo, de aprobación de las leyes y reformas constitucionales para darle vigencia e impulso de sus acciones iniciales, incluida la dejación de las armas, el hecho más trascendental. Este gobierno no ha implementado el acuerdo en materia de tierras, no ha entregado las tierras prometidas, se habla de apenas un 4% de la meta, 80 años se necesitarían si se sigue con este ritmo para cumplir el acuerdo, y así en todos los demás puntos. Se sustituyó la política de drogas y de cultivos por una política de guerra y la seguridad para la paz se ha transformado en una estrategia nueva de seguridad en nuevas guerras, es decir, la verdad es que en lo fundamental lo que ha desarrollado en nombre de la paz es un programa de gobierno y no un programa de Estado que se suscribió como acuerdo de los colombianos", resalta González Posso.

Sin luz al final del túnel

Justamente la forma en la que se está implementando es lo que hace que se hable del acuerdo en tono de decepción. Un tono compartido por el periodista Víctor Corredor, quien dijo a 'Octavo Mandamiento' que, "en su momento, cuando se firmó, hubo una esperanza", porque "todos apostaban a que realmente los acuerdos iban a ser respetados, se iban a aplicar en su totalidad", y que el pueblo colombiano pudiera vivir "con mayor dignidad, en paz y tranquilidad", lo cual no se ha hecho realidad.
"Evidentemente, según analistas y criterios propios, lo que se puede manifestar es que los acuerdos de paz han sido un total fracaso. No podemos hablar de paz, no podemos decir que esos acuerdos hayan dejado una estela de alguna novedad o algunas perspectivas, porque las cifras reflejan todo lo contrario", subrayó Corredor.
Desde 2016, casi 300 excombatientes de las FARC firmantes del Acuerdo de Paz han sido asesinados, así como más de mil líderes sociales. Además, solo en 2021, se han registrado 72 masacres en Colombia.
Invitamos a los oyentes de Octavo Mandamiento a compartir sus opiniones sobre los acontecimientos más importantes en sus países, enviando mensajes de voz de un máximo de dos minutos al WhatsApp del programa: +7 968 766 28 74.
El equipo del programa está integrado por Javier Benítez, Víctor Sújov y Víctor Ternovsky.
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