Contienen con "agresiones" caravana de migrantes en México

La contención de migrantes que integraban una nueva caravana de casi un millar de personas, incluidos menores edad, en el estado de Chiapas para llegar a la frontera de EEUU a pedir asilo, fue realizada con "agresiones" de agentes migratorios con el apoyo de guardias nacionales, dijo el excomisionado federal del INM del país latinoamericano.

"Sobre los eventos recientes habría que hacer una distinción muy clara entre las que son medidas de contención del flujo migratorio, y lo que son agresiones injustificadas del todo, que configuran delitos por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) o de la Guardia Nacional; esa separación hay que hacerla", dijo Guillén en entrevista con el noticiario radiofónico Imagen.

El exfuncionario, quien renunció como titular del INM cuando el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, exigió a México desplegar unos 25.000 agentes de la Guardia Nacional en sus fronteras, para contener la migración centroamericana y caribeña, subrayó que en las acciones del fin de semana lo que se observó "no fue una contención sino que ya fue una agresión".

Un millar de migrantes, sobre todo haitianos y hondureños, partieron de refugios en la ciudad mexicana de Tapachula, fronteriza con Guatemala, pero después de tres operaciones de contención en un recorrido de unos 100 kilómetros desde la frontera sur, solo han avanzado entre 150 y 200 personas hasta el municipio de Mapastepec, en Chiapas.

"En el caso particular de algunos agentes del INM, que fueron más visibles (en vídeos en redes sociales), lo que amerita son tres cosas: la primera cesar a estas personas; la segunda favorecer las denuncias penales de las agresiones; y tercero, que las personas que fueron víctimas reciban protección del Estado, como está en nuestro marco jurídico", dijo el excomisionado presidente del INM.

Los agentes no pudieron contener a todo el grupo que rompió un cerco de guardias lanzando piedras y corriendo por una zona rural.

Algunos migrantes resultaron lastimados con golpes de los policías que los trataron de contener con escudos, mientras algunos menores de edad quedaron atrás de la barrera, y otros agente patearon a migrantes en el suelo, cuando ya estaban sometidos, según las imágenes.

Contexto de la nueva caravana

A esas acciones hay que sumar el contexto con dos situaciones, destaca Guillén: "la primera es que continúa la situación de crisis social en los lugares de origen, en particular Haití, donde se ha vuelto más cruda la situación social y económica, y Honduras sigue en condiciones parecidas, hay factores muy poderosos de expulsión", explica el exfuncionario.

Por otro lado, afirmó que México se ha convertido en un país dedicado oficialmente a la "contención" de las personas migrantes.

"En eso ha sido muy franco el presidente (Andrés Manuel López Obrador), en que la contención se va a aplicar, y el secretario de la Defensa (general Luis Crescencio Sandoval) lo ha expresado también", recuerda el entrevistado.

Ese discurso gubernamental "favorece a que muchas autoridades no distingan entre lo que está en el marco jurídico, alrededor de la regulación migratoria, y lo que son derechos de las personas a la protección de sus vidas, que también están en la legislación", indica el excomisionado del INM.

Los números son contundentes: "este es el momento más alto de la movilidad en tránsito a través de México, con intención de llegar a la frontera de EEUU", asegura el especialista.

A principios de este año, cerca de 70.000 personas llegaban cada mes a la frontera sur de EEUU y eran detenidos en ese país.

En julio de este año fueron más de 212.000 personas detenidas, y aún no hay cifras de agosto.

Los miles de migrantes que todos los días recorren territorio mexicano "son entre 3.000 a 4.000 personas diarias", que muchas veces quedan a merced de bandas de traficantes de personas.

Según Guillen, estas bandas son estructuras organizadas que "contratan autobuses, tráileres camiones e incluso vuelos al norte del país", y cada persona puede llegar a pagar hasta 10.000 dólares para llegar a EEUU.

La nueva caravana fue objeto de tres operativos de contención en los pueblos de Huehuetan, Tusantán y Huixtla, donde madres y padres con sus hijos no pudieron correr, y fueron detenidos para ser deportados por Tapachula hacia Guatemala.

Un grupo rezagado de entre 300 y 400 personas, la mayoría haitianos y hondureños, se reagrupó en Huixtla, y han regresado a recorrer la ruta después de ser contenidos y enviados a la frontera.