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Octavo mandamiento
Cuando los principios son irreductibles. Cuando la verdad se abre paso ante una de las más graves pandemias de la actualidad: la de las noticias falsas. Ahí está 'Octavo mandamiento', para revelar lo que otros intentan ocultar.

Biden espeluznante: ¿acabará con EEUU él solo?

Biden espeluznante: ¿acabará con EEUU él solo?
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Líderes occidentales escandalizados con la imagen que está dando Joe Biden. Mientras, 12 civiles, entre ellos seis niños, han muerto en Kabul tras los ataques de EEUU contra el ISIS. Este y otros temas, como el informe de la inteligencia de EEUU sobre el origen del COVID-19, abordamos en esta edición de Octavo Mandamiento.

Biden, ¿amenaza para la seguridad Nacional de EEUU?

Preocupante. Para propios y para extraños. Es la imagen que está dando Joe Biden, no sólo hacia sus socios occidentales, sino como presidente. ¡Quién hubiera dicho que un presidente de EEUU, sería el que podía acabar con EEUU! Así lo estarían constatando los sucesos de los últimos días.
Y es que en una rueda de prensa celebrada este domingo, Biden rechazó contestar a las preguntas de los periodistas sobre Afganistán. Al principio el inquilino de la Casa Blanca aceptó atender a la prensa, pero cuando un periodista abordó el tema de Afganistán, Biden tiró de finta: "No debo aceptar preguntas, pero adelante", afirmó. No obstante, al ser cuestionado por la situación de Oriente Medio, añadió que no iba a "responder sobre Afganistán". Tras retirarse, Biden pretendía dirigirse hacia la salida, pero tomó la dirección equivocada y se perdió en la sala de conferencias, ante el aplauso de los presentes. No quedó muy claro por qué le aplaudían.
Lo que sí ha quedado claro es que sus tres eslóganes sobre los que se apoyó para llegar a la Casa Blanca, y que resumían lo que serían sus líneas maestras de gestión, ahora mismo no están ni siquiera en un cajón del Despacho Oval, y mucho menos en la memoria de Biden. "Volver a construir mejor"; "Escuchar a los expertos"; y "América ha vuelto", rezaban esas ahora lejanas consignas.
La muerte de esos 13 soldados en el atentado terrorista en el aeropuerto de Kabul ha supuesto que las críticas generalizadas de los republicanos, y también de algunos demócratas sobre el fiasco en la salida de Afganistán, se hayan convertido en peticiones de dimisión y amenazas de ‘impeachment’. Algunos de los republicanos más combativos en el Congreso exigen la salida de la cúpula de la Administración Biden.

¿Mataron realmente a terroristas los ataques de EEUU en Kabul?

El número de civiles que perdieron la vida tras el ataque aéreo de EEUU contra un coche bomba del Estado Islámico (organización proscrita en Rusia) ascendió a 12. De ellos, seis eran niños. El gobierno estadounidense alega que el ataque permitió neutralizar un ataque terrorista contra el aeropuerto de Kabul, mientras que en este mismo lugar se ha reportado el lanzamiento de varios proyectiles y la activación del sistema de defensa antiaérea de EEUU.
“Evidentemente yo no me creo que en 24 horas de producirse el atentado en el aeropuerto de Kabul, tuvieran la localización exacta del jefe operativo del Estado Islámico en Afganistán, sus movimientos, y se pudiera planificar el envío de un avión no tripulado para que, de forma quirúrgica, liquidara a este terrorista. No me lo creo. Habrán matado a un cabrero. Porque si me creo, que si efectivamente eso es así, es que a esa información la tenían previamente, y si la tenían previamente, debían haber actuado previamente, porque también sabían desde hacía días que existía la posibilidad casi segura de que se iba a producir un atentado”, expresa al respecto el analista militar Juan Aguilar.
En tanto, el domingo, 29 de agosto, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, conversó vía telefónica con su par estadounidense Antony Blinken sobre la situación en Afganistán. Según la agencia Xinhua, en esa conversación Wang expresó que la "retirada apresurada de las tropas estadounidenses y de la OTAN probablemente ofrecerá una oportunidad para que resurjan varios grupos terroristas en Afganistán".

EEUU, furioso ante su impotencia para responsabilizar a China del COVID-19

En nada. En eso acabó la investigación estadounidense sobre el origen del COVID-19. Y es que, pese a todos sus esfuerzos, la inteligencia norteamericana no pudo comprobar que el coronavirus fuera diseñado por China como un arma biológica. Una versión que se da por descartada en su informe, donde se lee lo siguiente: “Juzgamos que el virus no fue desarrollado como un arma biológica”.
Y es que la mayoría de las agencias que participaron en la investigación ven poco probable que la enfermedad se modificara genéticamente, concluyendo que la infección inicial del COVID-19 “probablemente fue causada por la exposición natural a un animal infectado con él o un virus progenitor cercano”.
En lo que sí acabó esta investigación es en una decepción del presidente de EEUU, Joe Biden, quien encargó la investigación con el claro objetivo de responsabilizar a China de una pandemia que ya se ha cobrado casi 4,5 millones de vidas. En un comunicado, Biden insistió en que “existe información crucial sobre los orígenes de esta pandemia en la República Popular de China”. Añadió que “los funcionarios del Gobierno chino han trabajado para evitar que los investigadores internacionales y miembros de la comunidad de salud pública mundial accedan a ella”. “Hasta el día de hoy, la República Popular China sigue rechazando los llamamientos a la transparencia y reteniendo información, incluso cuando el número de víctimas de esta pandemia sigue aumentando”, afirmó.
Lo que no se entiende es de qué falta de transparencia habla Biden, cuando, por ejemplo, este año una misión de la Organización Mundial de la Salud [OMS] desembarcó en China para investigar el origen del coronavirus. Los expertos visitaron el Instituto de Virología de Wuhan —centro al que apuntó Washington por las investigaciones que lleva a cabo sobre coronavirus—, llegando a la conclusión de que es “extremadamente improbable” la teoría de que el patógeno pudo salir de un laboratorio de esa ciudad china.

Jeanine Áñez: ¿enferma o planeando un plan de fuga?

La exmandataria de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, asegura que "ya no quiere vivir" y se ha autolesionado en el Centro Penitenciario Femenino Miraflores de La Paz, donde permanece recluida desde el pasado mes de marzo.
Su situación ha provocado diversas reacciones: por un lado, un sector de la población, opositora al Gobierno, que pide que sea juzgada en libertad, y otro que pide justicia por el asesinato de las masacres cometidas durante su gobierno contra manifestantes que se oponían al golpe de Estado.
"Lo últimos informes médicos dicen lo que ya sabíamos: Jeanine Áñez tiene un problema serio de depresión, tiene una hipertensión arterial que era conocida, pero, sobre todo, tiene un bajón anímico. Se encuentra en un estado emocional muy complejo. Es decir, a ella la reclusión le ha pegado muy duro, ella no asume que esto puede convertirse en una condena de muchos años porque hay cargos contra ella muy serios que la comprometen por sus actuaciones, tanto antes de llegar a la presidencia el 12 de noviembre de 2019, como después, cuando ya asumió. Y los hechos más graves son por las masacres de Sacaba en Cochabamba y en Senkata en El Alto de La Paz, donde se produjeron 37 muertes, unos asesinatos que el Grupo Interdisciplinario enviado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos concluyó que se trataron de masacres. Estas masacres, además, se cometieron con habilitación a militares y policías a través de un decreto firmado por la entonces presidenta y su equipo de ministros (el decreto 4078) mediante el cual eximía de responsabilidades penales a los policías y militares en caso de abrir fuego. Entonces solo hecho ya la complica porque hay un documento probatorio de que los militares gozaron de impunidad", explica el periodista Julio Peñaloza.
Y mientras la discusión sobre el estado de salud de Áñez ha calentado las calles y ha provocado enfrentamientos entre quienes la apoyan y quienes no, 20 exmandatarios, entre los que figuran Álvaro Uribe Vélez, Felipe Calderón, José María Aznar, han firmado una carta responsabilizando al Gobierno boliviano por lo que pueda suceder con la "vida y la integridad" de la exmandataria de facto.
"Esta es una campaña que tiene un cariz político, y hay que reconocer que es perfectamente posible pensar que Jeanine Áñez pudiera defenderse en libertad, pero hay un indicio de su mala predisposición porque informes recientes de la Fiscalía dicen que a Jeanine Áñez cuando se la detuvo en marzo pasado estaba ya con las maletas listas para marcharse a Brasil. Y ese peligro de fuga significa que habría obstaculización de la Justicia", apunta Peñaloza.
"Ahora, el Gobierno, el Ministerio Público y la Justicia van a tener que medir con mucho cuidado el tema de la salud porque se convierte en un elemento perverso de manipulación emocional de la sociedad boliviana. Hay una clase media urbana que se manifestó defendiendo que Áñez pueda salir en libertad para defenderse en libertad, pero hay otro sector, también muy representativo, con una gran musculatura, que es el que representa a las organizaciones sociales, que piden justicia por las masacres y por todos los daños generados por parte de Jeanine Áñez y su gobierno transitorio, que en los hechos terminó siendo un gobierno de facto y autoritario", indicó Peñaloza.
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