El desafío de Haití de acceder al agua 10 días después del terremoto

PUERTO PRÍNCIPE (Sputnik) — Acceder a agua potable 10 días después del terremoto ocurrido en la zona sur de Haití es un desafío para las poblaciones, especialmente en L'Asile o Plaisance, dos comunas afectadas por el sismo de 7,2 de magnitud.

"En Plaisance du Sud [Nippes] la jaula de cloración del manantial de Madan Frekan está dañada y en Paillant, el depósito metálico está agrietado (…) Vamos a emprender acciones para garantizar la disponibilidad de agua a la población del departamento en general y en particular a los desplazados y a los más vulnerables", dijo al diario Nouvelliste, Dieuné Norzé, responsable regional de la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento (Dinepa).

En el departamento Nippes se dañaron la mayoría de las 56 redes de de distribución por el terremoto del 14 de agosto provocando una grave escasez, admitió el funcionario aunque asegura que trabajan para establecer una tercera unidad de tratamiento de agua en la región.

Mientras esto no sucede, Dinepa y otros organismos estatales, junto a socios internacionales distribuyen agua potable en las regiones, aunque sin la periodicidad necesaria.

Las imágenes de cientos de personas amontonándose sobre camiones que transportan agua embotellada u otros insumos, es una muestra de la gravedad de la situación, que se hace más apremiante luego del shock de los días iniciales por el intenso movimiento telúrico.

Un sistema simplificado de agua (SSA) es una solución en contextos de emergencia a las necesidades de agua potable. Se basa en depósitos flexibles y en filtros sencillos de operar (2/2) pic.twitter.com/oEsv3Wdl82

— AECID Haiti (@AECIDHaiti) August 23, 2021

"La violencia aumentó desde el terremoto, el desespero hace que las personas asalten los carros de ayuda y muchos terminan frente al hospital en la comisaría, buscando seguridad", relató a Sputnik el electromédico José Ferrer desde Le Cayes, una de las ciudades más afectadas por el temblor.

Para algunas de las familias que perdieron sus hogares la ayuda ha sido lenta, a pesar de los esfuerzos del Gobierno por distribuir la asistencia que llega al aeropuerto de Puerto Príncipe desde países como Venezuela, España, México, Chile y otros.

Una impresión similar tiene Ferrer, quien ya estaba en la región cuando el huracán Matthew provocó centenares de muertes y causó daños por más de 2.700 millones de dólares.

"En 2016 cuando el ciclón Matthew veíamos mucho más ayuda por las calles, pero ahora yo veo más temor por los asaltos de los camiones, la gente tiene mucha necesidad y los comerciantes también se aprovechan de eso", dijo el experto cubano que trabaja en el hospital Brenda Strafford, uno de los centros de salud que sucumbió al sismo.

Estas escenas se repiten en otras zonas estremecidas como Corail, Jeremie y Nippes, en momentos en que el Gobierno estudia la apertura de puentes aéreos desde la capital hacia las áreas devastadas, para evitar asaltos durante la translado, y también para llegar a las comunas alejadas con carreteras inaccesibles.

"La gente se abalanza sobre quienes reparten la ayuda, lo que dificulta una distribución equitativa a los afectados que son muchos", narró a esta agencia un residente de Corail, situada a unos 170 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe.

El alcalde de la comuna aseguró que al menos 10.000 de los 20.000 habitantes son damnificados e instaló sitios de recepción en los cuales se reparte la ayuda y también pueden dormir quienes perdieron sus viviendas.

El primer ministro Ariel Henry, reconoció que el panorama es "preocupante" para la península sur, una región que antes fue devastada por el huracán Matthew (2016), con un saldo de centenares de víctimas mortales.

"Hoy tenemos la enorme responsabilidad de enfrentar el desafío de la reconstrucción de la Península Sur", dijo el neurocirujano que cumplió el 20 de agosto un mes en el cargo.

Este 24 de agosto Henry visitó el departamento Nippes para tener un balance actualizado de los daños producidos por el terremoto y de las necesidades de asistencia de los ciudadanos.

En el balance del 22 de agosto Protección Civil confirmó 2.207 fallecidos y 12.268 lesionados por el temblor, además de 53.000 viviendas destruidas y 77.000 dañadas.

Es la tercera gran catástrofe desde 2010, cuando un sismo de magnitud 7 redujo a ruinas la capital, y ocurre en medio de la crisis política que llevó al asesinato del presidente Jovenel Moïse.