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Surfistas de las costas venezolanas hallan una oportunidad en la pandemia | Fotos

© Sputnik / Magda GibelliUn niño surfeando en Anare, Venezuela
Un niño surfeando en Anare, Venezuela - Sputnik Mundo, 1920, 20.08.2021
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CARACAS (Sputnik) — Transformar la crisis en una oportunidad. Eso hizo un grupo de surfistas venezolanos para apoyar a los niños y adolescentes de su comunidad, enseñándoles a vivir con pasión y disciplina este deporte.
"Me siento bastante feliz con el trabajo que se ha hecho. Ahora veo hacia atrás en el momento tan fuerte que fue la pandemia y siento que definitivamente siempre de todo lo negativo se puede sacar algo positivo", dijo a Sputnik Adriana Cano, quien fundó el Anare Surf Club.
Este club, que cuenta también con una escuela privada, tiene como objetivo principal apoyar a los niños de la comunidad de Anare, situada en el estado La Guaira (costa norte).
"Comenzó la pandemia y todo cerrado, lo único que hacíamos era tarea y después salir al mar y así comenzamos a surfear, la pandemia fue una oportunidad para aprender", dijo el surfista Yorman Berlforn de 17 años.
© Sputnik / Magda GibelliNiños del club de surf de Anare, Venezuela
Niños del club de surf de Anare, Venezuela - Sputnik Mundo
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Niños del club de surf de Anare, Venezuela
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© Sputnik / Magda GibelliUna niña con su tabla de surf
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Una niña con su tabla de surf
Todo comenzó en agosto de 2020 en medio de la pandemia, contó Cano emocionada: "Comenzamos primero con una labor social en las costas de todo el país, porque ante la falta de turismo la población la estaba pasando mal, y en los donativos dejábamos comida y tablas de surf".
Sin embargo, la atleta venezolana dijo que se centró en Anare por ser el lugar en el que reside desde hace 8 años, y allí, comenzó a dar clases gratuitas a los niños.
"Al principio comenzamos con 30 niños, hoy en día tenemos 61", relató "La China" como cariñosamente la llaman sus alumnos y amigos.

Una tabla propia

Tener el mar frente a la casa, y ganas de surfear no es suficiente para entrar en este deporte. Lo principal es una tabla, y las más económicas pueden costar entre 300 y 800 dólares, lo que hace cuesta arriba que los niños y adolescentes de la costa venezolana puedan practicarlo, especialmente en un contexto de crisis y con un salario mínimo por debajo de cinco dólares mensuales.
"En el club me dieron una tabla. Antes uno surfeaba con un pedazo de nevera, ahora no, ahora es una tabla que nos da el club", dijo Rafael Acosta de 15 años.
Las redes sociales se convirtieron en aliadas de Cano, Jairo Merentes y Rafael Pereira, surfistas experimentados y destacados campeones internacionales que han puesto su corazón en formar a los niños de Anare, y a través de estas han conseguido en el último año alrededor de 30 tablas.
"Hemos donado aproximadamente 23 tablas acá y por lo menos unos 7 bodyboards, y hay muchos de los niños y niñas que se iniciaron que han podido tener acceso a tablas adecuadas a su medida y ellos donan la tabla que les habíamos dado a otro niño, y eso hace y ayuda para que los niños puedan tener las tablitas, porque el surf es un deporte costoso", acotó Cano.
Tener una tabla propia es motivo de gran alegría para estos niños, quienes aseguran que eso les permitió formar parte de un club en el que más allá de recibir clases en el mar, aprenden lecciones para la vida.
"Comencé en la cuarentena a surfear gracias a que nos dieron una tabla y ahí empezó nuestro surgimiento, y empezó el club. Antes no hacía nada y aquí me enseñaron muchas cosas, a tener disciplina, a tener buena conducta, a ser constante con las actividades, tener pasión", afirmó el surfista Carlos Lozada de 15 años.
Daniel Uzcategui aseguró a Sputnik que el surf es para él de tan solo 15 años, "algo más que un deporte".
"El surf es para mí un lugar donde estoy tranquilo, donde no hay peleas. Ella (Cano) hizo este club y ahora estamos aquí. A mi me dio mi tabla y me dijo cuídala y yo la he cuidado", apuntó.
© Sputnik / Magda GibelliNiños surfeando en Anare, Venezuela
Niños surfeando en Anare, Venezuela - Sputnik Mundo
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Un niño surfeando en Anare, Venezuela
A Yandel Merentes, uno de los atletas en formación del club, le brillan los ojos cuando comenta lo que ha logrado luego de que recibió su primera tabla de surf.
"Cuando estás en la ola, ¡wow!, uno se conecta con la naturaleza, uno se desestresa, se olvida de todo. Yo surfeaba con un bodyboard, y Rafael Pereira me dio la primera tabla y empecé a darle, después me metí aquí y llegó la China, hizo el club y me donaron una tabla pequeñita y le empecé a dar aquí y me eligieron para un chequeo para el panamericano en Colombia y me siento feliz. Me siento agradecido con la China, porque sino no estaría aquí", comentó el niño de 14 años.

Más allá del surf

El club se ha convertido en un espacio en el que sus integrantes aprenden a colaborar no solo con entre ellos, sino también con el ambiente que los rodea.
Mientras el 19 de agosto se desarrollaba la primera parada Live Venezuela Surf, los integrantes del Anare Surf Club, que ya habían competido recorrían las playa con tres bolsas grandes de basura, en las que se encargaron de recoger la basura que estaba cerca del mar y la que dejaban algunos de los asistentes del evento.
Cano aseguró a Sputnik que la formación de los jóvenes atletas es integral, por lo que ha puesto especial empeño en la educación ambiental, en explicarles el efecto que tiene la basura y especialmente el plástico en su espacio, que es el mar.
"Aquí uno tiene que cuidar la playa porque somos nosotros los que vivimos aquí. En ese aspecto trabajamos también, y lo hacemos bajo los valores del olimpismo, que es la solidaridad, el amor al medio ambiente, es importante que uno siempre tenga sentido de pertenencia, y que ellos protejas su ambiente, su playa, sean defensores del lugar que habitan", señaló.
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Chequeos médicos, odontológicos, nutrición, calzados, son otros de los aspectos en los que trabaja el club con los niños y adolescentes surfistas de Anare.
"Ahora tenemos varias necesidades, tenemos la necesidad de reunir recursos para comprar los materiales para reparar las tablas. Siempre es necesario la parte de alimentación, porque como puedes ver la mayoría de los niños son de bajos recursos y en los chequeos médicos algunos presentaron desnutrición y se ha corregido bastante, pero necesitan más apoyo", dijo.
Aún queda mucho por hacer, comentó la surfista, que por ahora sueña con lograr abrir una sede, en la que los integrantes del club puedan recibir clases teóricas, revisar material audiovisual, tener un comedor y un lugar saludable donde pasar las horas cuando los días que no hay olas.
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