Lukashenko dice que no dicta nada a nadie, en respuesta a la acusación de ser dictador

MINSK (Sputnik) — El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, al responder a las acusaciones de haber establecido una dictadura, afirmó que nunca ha dictado nada a nadie ni planea hacerlo, y agregó que la república no dispone de recursos para tener tal régimen.

"Para dictar al mundo es necesario disponer de los respectivos recursos, nosotros no los tenemos. Por eso nunca he dictado nada a nadie, ni planeo hacerlo", dijo durante la Gran Conversación con el Presidente, organizada exactamente un año después de las elecciones, tras las cuales la oposición organizó unas protestas no autorizadas.

El mandatario recordó que su deber consiste en garantizar la seguridad y la integridad de Bielorrusia.

"No tengo ni el deseo ni la posibilidad de gastar los recursos en lo demás. Pero si nos fastidian demasiado fuerte, sabremos reaccionar", declaró.

Lukashenko también aseguró que muy pronto dejará el cargo de presidente, pero instó a dejar los intentos de adivinar exactamente cuándo lo hará.

"No hay que adivinar cuándo se irá Lukashenko, será muy pronto", dijo el presidente.

El líder bielorruso dijo que en más de una ocasión reflexionó cómo se desarrollarán los hechos en Bielorrusia si llega al poder otra persona.

Lukashenko admitió además que piensa en un sucesor que pueda reemplazarlo en su puesto de presidente de Bielorrusia, pero se trata de "la pregunta más difícil".

"Podría responder, como una vez lo hizo mi buen amigo y hermano mayor Vladímir Putin: el que elija el pueblo bielorruso, ese mismo será presidente. Realmente será así. ¿Por quién votará la gente? Todavía no tengo decidido qué posición ocuparé en ese momento. Palabra de honor", subrayó Lukashenko.

El líder del Estado advirtió que "es natural" que piense en ese tema, pues no se trata de "un cargo eterno", y él era un ser humano.

Lukashenko reconoció que hay entre 10 y 15 ciudadanos bielorrusos que cuentan con potencial para asumir su cargo.

El presidente bielorruso agregó, tras disculparse por su indiscreción, que todas esas personas se parecen a él.

"Porque los crié, crecieron a mi lado, se parecen a mí. ¿En qué? En su lealtad al país", subrayó.

"A veces solo quiero tener una vida tranquila, pero luego empiezo a profundizar en esas reflexiones y creo que no tendré una vida relajada hasta la muerte. Porque así es ese trabajo, y así repercutió en mí", recalcó.

Según Lukashenko, él llegó a formar parte de su país, y su país también es parte de él.

"Y no entiendo cómo uno puede vivir después de retirarse o hacer algún otro negocio. Todavía no me lo puedo imaginar", agregó el mandatario.

Protestas de la oposición

Asimismo, Lukashenko aseguró que fue él el que dio las órdenes a las fuerzas de seguridad para que dispersaran las protestas de la oposición en agosto de 2020.

"Todas las órdenes las di yo, no busquen a los responsables, fui yo a dar las órdenes de desplegar a todos en el lugar, sin disparar", dijo Lukashenko.

El líder bielorruso aseguró que no se habría podido parar a las fuerzas del orden si se hubiese cruzado la línea roja.

"Si hubieran irrumpido en el Palacio de la Independencia, cuando yo salí armado con un fusil y acompañado de mi hijo, si hubieran cruzado esa línea roja, nadie nos habría podido parar, ni ustedes, ni su [primer ministro británico Boris] Johnson, ni Estados Unidos, ni [el presidente estadounidense] Joe Biden, ni [el expresidente de EEUU Donald] Trump, habríamos protegido nuestro país contra ustedes como se debe", declaró Lukashenko a una periodista.

El 23 de agosto de 2020, Lukashenko, con chaleco antibalas y fusil en mano, bajó de su helicóptero que aterrizó en el recinto de la residencia presidencial cuando los manifestantes ya se habían apartado del territorio acordonado por las fuerzas de seguridad.

Lukashenko dijo que los manifestantes trajeron cuchillos y explosivos, así que "no hubo ninguna protesta pacífica", indicó.

"Por cierto, los tratamos de una manera más suave que su patrón en Washington", añadió el presidente bielorruso al recordar la reacción de las autoridades estadounidenses ante las protestas de los partidarios de Trump.

También negó que los detenidos fuesen torturados y atribuyó tales informaciones a las "invenciones" de los medios occidentales.

"Si había algunas personas con moratones se los hicieron en la calle, cuando se lanzaron contra las tropas internas y las unidades de operaciones especiales y luego fueron detenidos", afirmó.

Subrayó que en los centros de detención todos fueron muy "dóciles" por lo cual "no había necesidad de torturarlos".

Durante la Gran Conversación Lukashenko también dijo que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) y el Comité de Seguridad de Bielorrusia (KGB) mantienen un contacto estrecho.

"Nos ayudamos, principalmente, es el FSB el que nos presta ayuda financiera, nunca nos niega nada y, por supuesto, si tenemos esa oportunidad, y la tenemos, entonces mantenemos el contacto directo con el presidente [ruso Vladímir] Putin para intercambiar información", declaró el líder bielorruso.

Además, Lukashenko aseguró que la causa de las prolongadas protestas en Bielorrusia fue la angustia provocada por la pandemia del coronavirus, así como en el miedo infundido por los medios.

El mandatario destacó que anteriormente las protestas duraban uno, dos o tres días y luego se "apaciguaban".

"Ahora fueron más duraderas, porque hubo una prolongada preparación y la única base para esas protestas fueron las personas angustiadas [por la pandemia] en todo el mundo, mientras los medios de comunicación jugaron con eso, intimidaron a la gente", dijo Lukashenko.

Como señaló el jefe de Estado, Bielorrusia siguió su propio camino en la lucha contra el coronavirus.

El líder bielorruso reconoció que unas 46.700 personas participaron en las manifestaciones en Minsk, según métodos especiales de recuento.

"Para mí fue una sorpresa desagradable, en Bielorrusia nunca habían salido tantas personas a las calles", subrayó al precisar que, sin embargo, esta cifra no resulta desastrosa.

"Pero se trata de una décima parte de quienes piensan diferente", subrayó el presidente, agregando que "es un núcleo nacionalista y fascista".

Las elecciones presidenciales del 9 de agosto de 2020 en Bielorrusia, que otorgaron un nuevo mandato a Alexandr Lukashenko, dieron origen a varios meses de protestas.

La oposición bielorrusa denunció un fraude masivo y exigió repetir los comicios, opción que Lukashenko descartó.

Las autoridades bielorrusas declararon en varias ocasiones que las protestas se coordinan desde el exterior. Lukashenko acusó a Occidente de injerencia directa en la situación en Bielorrusia, dijo que fuerzas externas intentaron organizar en Bielorrusia una "revolución de colores" que fracasó.

Rusia y Bielorrusia

Rusia no tiene otros aliados salvo Bielorrusia, declaró Lukashenko.

"Rusia no tiene a nadie más" como aliado salvo Bielorrusia, dijo Lukashenko durante la Gran Conversación con los representantes de los medios de comunicación, la comunidad de expertos y miembros del público.

El mandatario bielorruso destacó que su país nunca ha estado "en contra de una unión más estrecha" con Rusia.

"Pero a nosotros siempre nos han mantenido a distancia, y ahora también nos mantienen a distancia", afirmó.

En lo referente a la 31 hoja de ruta sobre la integración política entre los dos países, Lukashenko recordó haber apoyado la iniciativa de su homólogo ruso, Vladímir Putin, de abandonarla.

"No perdemos nada, porque no tenemos órganos supranacionales sino los ministeriales conjuntos. Por ejemplo, el colegio conjunto de los ministerios de Industria de Rusia y Bielorrusia, el colegio conjunto de los ministerios de Defensa de Bielorrusia y Rusia, y estos funcionan", indicó.

Además, Lukashenko destacó que el desarrollo de la integración económica no requiere que Bielorrusia se una a Rusia.

El Estado de la Unión de Rusia y Bielorrusia es una entidad supranacional, cada país conserva su soberanía, integridad territorial, instituciones, así como la Constitución, la bandera nacional y el escudo.

El tratado de institución del Estado de la Unión se firmó el 8 de diciembre de 1999. En 2019, con motivo de su 20 aniversario se proponía aprobar un programa de profundización de la integración. Se creó un grupo de trabajo para elaborar propuestas, las partes estuvieron estudiando 31 proyectos de hojas de ruta ramales, de las que una tenía carácter político y las demás, económico.

Pero tal programa no se ha aprobado hasta la fecha.

Asesinato del activista Shishov

Lukashenko negó categóricamente la implicación de Minsk en el presunto asesinato del activista bielorruso Vitali Shishov, quien fue hallado ahorcado en un parque de Kiev el 3 de agosto.

"¡Para nosotros [Shishov] simplemente no era nadie! ¿Qué loco vendría de Bielorrusia y lo ahorcaría allí?", exclamó Lukashenko este lunes durante una conversación con periodistas y expertos, al comentar el tema.

Agregó que esta acción no tendría sentido porque "no se puede ahorcar a todos" los activistas opositores.

Al mismo tiempo, Lukashenko recordó que Shishov se encontraba en territorio ucraniano y "fue apoyado por los servicios especiales de Ucrania".

En este contexto, pidió que Kiev investigue el asunto y luego le explique a Minsk quién y cómo había ahorcado a un ciudadano bielorruso.

Shishov encabezaba la organización sin fines de lucro Casa Bielorrusa en Ucrania (BDU), creada para ayudar a los bielorrusos afectados por el régimen de Lukashenko a legalizarse en el territorio ucraniano, encontrar empleo y viviendas de alquiler.

El activista, que se encontraba en paradero desconocido desde la mañana del 2 de agosto cuando la BDU denunció la desaparición de su jefe que habría salido a correr, fue hallado ahorcado en un parque de Kiev.

Los colegas de Shishov están convencidos de que detrás de esta muerte están los agentes de seguridad bielorrusos.

La Policía ucraniana afirmó que comprobaría todas las hipótesis, incluida la de asesinato disfrazado de suicidio.

Caso del opositor Protasévich

Además, Alexandr Lukashenko declaró que Lituania y Polonia "encargaron matar" al periodista bielorruso Román Protasévich, cofundador del canal opositor Nexta en Telegram, y ahora Minsk se ve obligado a protegerlo.

"No me gusta nada que [Protasévich] se encuentre en Bielorrusia, sería mejor que estuviera en Polonia o Lituania, que encargaron matarlo… Ahora debo protegerlo porque si le pasa algo como a Shishov no tendré nada que replicar… Dirán que el asesinato se perpetró en Bielorrusia y fue Lukashenko quien lo hizo… Pues ahora respondo por su vida", dijo el mandatario bielorruso.

Las relaciones entre la UE y Bielorrusia se agravaron luego de que un avión de la aerolínea irlandesa Ryanair, que cubría la ruta de Atenas a Vilna, fuera desviado a Minsk el 23 de mayo por un supuesto aviso de bomba que resultó falso.

Durante la escala forzosa del avión en Minsk, las autoridades detuvieron a Román Protasévich, uno de los fundadores del canal de Telegram Nexta, considerado extremista en Bielorrusia, y a su novia, la rusa Sofia Sapega.

La UE, Estados Unidos y otros países condenaron en términos contundentes el desvío del avión y exigieron a Bielorrusia liberar a los detenidos. El bloque europeo cerró su espacio aéreo para los aviones bielorrusos y llamó a otros países a evitar los vuelos internacionales sobre Bielorrusia.

En tanto, Lukashenko aseguró que Bielorrusia está abierta a una investigación internacional del incidente con Ryanair e invitó a Estados Unidos, entre otros países, a llevarla a cabo.

"En cuanto a Ryanair, estamos abiertos a la investigación. ¿Por qué no vienen? Hemos invitado a los norteamericanos… Pues que vengan y prueben que Lukashenko obligó a aterrizar ese avión, pero no lo lograrán porque no existen pruebas", afirmó el líder bielorruso.

Atleta Tsimanouskaya

En cuanto a la velocista bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya, Luskashenko declaró que no tomó decisiones en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 por voluntad propia sino que fue manipulada.

"No lo habría hecho ella misma sin haber sido manipulada", dijo el mandatario bielorruso.

El Comité Olímpico Nacional de Bielorrusia anunció el 1 de agosto que Tsimanouskaya se retiraba de los Juegos de Tokio "debido a su estado psicoemocional". La noticia llegó después de que la velocista, que tenía previsto participar en las pruebas de 100 y 200 metros lisos, criticara en las redes sociales a los responsables de la selección bielorrusa por haberla escogido como sustituta de compañeras suspendidas en los relevos 4х400 metros.

Según la Fundación Bielorrusa para la Solidaridad Deportiva, Tsimanouskaya fue llevada al aeropuerto de Tokio, donde pidió ayuda a la policía japonesa, alegando ser víctima de un intento de repatriación forzada. En declaraciones a la prensa internacional, la atleta dijo que tenía previsto pedir asilo a algún país europeo y solicitó la intervención del Comité Olímpico Internacional (COI).

El 4 de agosto, la atleta bielorrusia se trasladó de Tokio a Varsovia, gracias al visado humanitario concedido por Polonia.

El COI estudia tomar medidas disciplinarias en el marco de una investigación abierta a raíz del escándalo.