España se reserva los platos fuertes para la recta final de los Juegos Olímpicos

BILBAO, ESPAÑA (Sputnik) — Cuando quedan solo cuatro jornadas para que finalicen los Juegos Olímpicos de Tokio, el ministro español de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, se desplazó a la capital japonesa, en un intento por insuflar ánimos a la delegación de su país en la recta final de la cita.

Lo cierto es que España ocupa el puesto decimonoveno del ránking por número de medallas con 10 y tiene aún varias oportunidades de conseguir metales, fundamentalmente en las competiciones de atletismo, piragüismo, y en el balonmano y waterpolo masculino, además del ya asegurado en fútbol, donde disputará la final contra Brasil.

Sin embargo, tendrá que apurar estas posibilidades y esperar alguna sorpresa de última hora para igualar las 17 de la anterior cita, en Río de Janeiro.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al equipo olímpico español que participará en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, en los Jardines del Palacio de La Moncloa, a 16 de julio de 2021, en Madrid (España)

© Europa Press / Eduardo Parra

El presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, consciente de la sensación de pesar entre la afición española, pidió paciencia hace unos días e hizo un llamamiento a esperar al final de la cita olímpica para hacer balance.

"Siempre, en la historia de los Juegos, en la segunda semana se han obtenido mejores resultados. No tengo ninguna duda de que llegarán más medallas y diplomas y sigo confiando en nuestros deportistas", declaró el jefe del olimpismo español.

Falta de inversión

En el imaginario colectivo español permanece como el cénit deportivo las 22 medallas de Barcelona 92, pero esa proeza fue acompañada de inversión, precisamente lo que falta ahora.

Para aquella cita se creó en 1988 el plan ADO (Asociación Deportes Olímpicos) que garantiza con su financiación unas "dignas condiciones económicas y de entrenamiento para los deportistas de élite españoles", según reza en su página web.

En el ciclo olímpico que fue de los años 1988-92 se invirtieron 79 millones de euros en este capítulo, mientras que desde el año 2016 hasta la llegada de estos Juegos 2020, celebrados en 2021 por causa de la pandemia, se destinó a la excelencia olímpica en España tan solo 22 millones, casi una cuarta parte.

Ausencias y decepciones

Pero no solo la falta de inversión marcó el caminar de la delegación española en estos Juegos. Para hacer honor a la verdad, hay que tener en cuenta que, además de algunas decepciones, hubo importantes ausencias que restaron medallas que se podrían considerar, a priori, aseguradas antes de la competición.

En bádminton, la actual campeona olímpica, Carolina Marín sufrió una grave lesión de rodilla a principios de verano; en golf, un inoportuno positivo por COVID-19 pese a estar vacunado y haber pasado el virus, dejó fuera al vasco Jon Rahm, el actual número uno del mundo, y en tenis, Rafa Nadal, decidió tras Roland Garros que debía dar descanso a su cuerpo, si quería seguir estirando su carrera.

Además, en halterofilia, Lidya Valentín, medallista en las tres últimas citas olímpicas, sufrió unos inoportunos problemas de espalda el pasado lunes, 2 de agosto, que le hicieron acabar décima en su categoría.

La campeona olímpica de halterofilia, Lydia Valentín y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el recibimiento al equipo olímpico español que participará en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, en los Jardines del Palacio de La Moncloa, a 16 de julio de 2021, en Madrid (España)

© Europa Press / Eduardo Parra

En la misma jornada negra para el deporte español, Eusebio Cáceres se quedó a solo tres centímetros del bronce en salto de longitud y fueron apeadas de la competición las jugadoras españolas de balonmano y las de hockey hierba.

Tampoco la selección de baloncesto masculina pudo con Estados Unidos en cuartos y dijo adiós a los Juegos con sabor a despedida de una generación que en las últimas décadas consiguió tres medallas olímpicas y dos mundiales. De hecho, los hermanos Gasol —Pau y Marc— anunciaron después del partido el adiós a la selección y algunos aficionados expresaron sus críticas en twitter por no haber afrontado antes el relevo generacional en el equipo.

El 4 de agosto, sus compañeras de la selección femenina, en las que había grandes esperanzas, caían en cuartos frente a Francia (67-64), tras luchar hasta el final.

En el otro extremo, la vela, que tradicionalmente aporta medallas a las vitrinas españolas, supuso el 3 de agosto el bronce de Joan Cardona en Finn y, este mismo 4 de agosto, otro bronce para la pareja de Jordi Xammar y Nico Rodríguez, en la categoría 470.

Joan Cardona, regatista españo

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Ilusionante recta final

Por delante quedan, por tanto, cuatro jornadas en las que la delegación española tratará de engordar el medallero, en un camino que tiene más sombras que luces hasta el momento.

Habrá especial expectación, aparte de la final de fútbol el 7 de agosto a las 11.30GMT, por ver el viernes, 6 de agosto, a las 12.00 GMT la final de los 5.000 metros, donde la afición española tiene ganas de volver a vibrar con la nueva sensación del atletismo español, Mohammed Katir, que marcó el mejor tiempo en las semifinales.

Katir, nacido en Marruecos, pero criado en Murcia, protagonizó en las últimas semanas una polémica por las críticas del veterano atleta español Isaac Viciosa a su origen marroquí y va camino de convertirse en un símbolo de la nueva España, más mestiza.

Antes, el 5 de agosto, a las 12.00 GMT, muchos aficionados también se conectarán para empujar al equipo conocido como los Hispanos para superar su semifinal frente a Suecia.

Una recta final, en la que la afición española aspira a recuperar el pulso y la emoción de anteriores citas olímpicas.