Fiebre porcina detectada en República Dominicana alerta a productores de Haití

PUERTO PRÍNCIPE (Sputnik) — El brote de fiebre porcina detectado en 11 provincias de República Dominicana puso en alerta a los agricultores de Haití, quienes temen la reintroducción de una enfermedad que eliminó a la población de cerdos criollos a mediados de la década de 1990.

"Enseguida reunimos a todos los trabajadores, y les explicamos cómo detectar algún caso de fiebre porcina, mientras aumentamos las medidas higiénicas y de seguridad", explicó a Sputnik el médico veterinario Mario Domínguez, quien trabaja en una amplia granja de cerdos en Puerto Príncipe.

Las autoridades del vecino país anunciaron la activación de un protocolo de aislamiento para el virus, e informaron el sacrificio de 17.000 cerdos en la provincia fronteriza de Sánchez Ramírez con el propósito limitar su propagación.

En el otro extremo de la isla, el Ministerio de Agricultura de Haití, confirmó que aún no hay registros de la peste porcina africana en el país, aunque indicó que tomarán medidas para reforzar la vigilancia epidemiológica, especialmente en la frontera terrestre, así como puertos y aeropuertos.

El recién instalado ministro Bredy Charlot, indicó que intensificarán la evaluación de las explotaciones ganaderas del país y aumentarán las campañas de sensibilización.

Domínguez, cubano que trabaja en Haití hace varios años, coincide en que lo más importante es que los criadores tengan información sobre el virus, trabajar en el sitio donde se detecte un caso "y trazar un círculo de al menos cinco kilómetros alrededor del área para sacrificar a todos los puercos en esa demarcación".

No obstante, insistió que en la granja situada sobre la Ruta Nacional 9 no hay indicios de la enfermedad.

Por su parte, Michel Chancy, exsecretario de Estado de Producción Animal, pidió a las autoridades prohibir la entrada de productos porcinos en el territorio nacional, y advirtió sobre el peligro para la economía nacional por la muerte de miles de animales.

En 1994 la enfermedad causó pérdidas directas e indirectas estimadas en ocho millones de dólares, y dañó a la población rural que se quedó sin su principal fuente de ingresos.