La historia de una embajadora de la cultura rusa en tierras caribeñas

Conversamos con la rusa Olga Inerarity, nacida en la ciudad rusa de Kursk pero desde hace 39 años residente en La Habana (Cuba).

Olga Inerarity llegó a Cuba en 1982 junto a quien hoy es su exesposo cubano, una vez que él terminó sus estudios en Rusia. Olga se adaptó muy bien a la isla, a su gente, su clima, gastronomía. Y consiguió trabajar en lo que más ama: el canto y el arte. En el país eslavo, Olga tiene a parte de su familia: su mamá y su hijo.

"Nací en Rusia, en la ciudad de Kursk, donde fue la batalla más grande de la Segunda Guerra Mundial en 1943, el famoso 'Arco de Kursk'. Es una ciudad muy bella, antigua, más aún que Moscú. Antes pertenecía a Ucrania, pero ahora pertenece a Rusia", contó.

"Trabajo en la empresa de espectáculos y música Adolfo Guzmán, en La Habana. Soy solista, vocalista. También, hace muchos años trabajo como directora artística y represento aquí a la cultura rusa, algo que para mí es todo un honor", agregó.

Sobre sus inicios en el arte, la cantante ruso-cubana declaró que estudió "en la escuela de arte en Kursk, y como terminé con [calificación] excelente, me mandaron a Moscú a superarme y fui al Instituto Superior de Arte y Cultura. Me enseñó a cantar mi padre, cantaba con él en la calle".

Sin embargo, Olga nunca olvidó su país natal, su familia y jamás se apartó de las raíces y tradiciones eslavas que la vieron nacer. La cantante finalmente se transformó en toda una embajadora de la cultura rusa en Cuba.

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