Confirman que los chimpancés y los gorilas también van a la guerra | Video

Los chimpancés y los gorilas conviven pacíficamente, pero a veces protagonizan verdaderas incursiones en el territorio contrario que desembocan en peleas letales, según ha descubierto un equipo de investigadores alemanes.

El Parque Nacional de Loanga, en Gabón, fue escenario en 2019 de un par de conflictos entre estas dos especies de homínidos. En ambas ocasiones los chimpancés superaban en número a los gorilas y fueron los instigadores de los ataques, y en las dos murió una cría de gorila.

El estudio de los investigadores, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania, arroja luz sobre las motivaciones de estas guerras simias.

"Nuestras investigaciones son la primera prueba de que la presencia de chimpancés puede tener un impacto letal en los gorilas (…) Ahora queremos investigar los factores que desencadenan estas interacciones sorprendentemente agresivas", subraya Tobias Deschner, quien estudia a los primates en el instituto.

La primera vez que se tuvo constancia del enfrentamiento entre gorilas y chimpancés fue en diciembre de 2019. Veintisiete chimpancés se enfrentaron a siete gorilas, entre ellos, un espalda planteada, tres hembras adultas, un gorila joven y dos crías. La trifulca duró 79 minutos.

Los chimpancés ganaron aquel asalto y se llevaron a una de las crías, y luego la mataron. En segundo incidente, otro gorila bebé fue víctima de los mismos simios.

Estas extrañas batallas, de las que ahora se tiene constancia por video, arrojan muchas incógnitas sobre los motivos que llevaron a los chimpancés a asaltar el territorio controlado por los gorilas.

"Podría haberse debido al hecho de que los chimpancés, los gorilas y los elefantes de la selva compiten por los recursos alimenticios en el parque de Loango", supone Deschner. Tampoco descartan que atacasen a los gorillas para llevarse a una de las crías como presa. Los investigadores barajan, además, que fuese una lucha por el territorio.

En cualquier caso, los investigadores reconocen que no están más que empezando a aprender los efectos de las interacciones de estas dos grandes familias de simios en Loango y que falta mucho por explorar sobre el hábitat de nuestros parientes lejanos.