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Arturo Campos, el ingeniero de origen mexicano que impidió que el Apolo 13 acabara en tragedia

© AFP 2023Rescatre del 'Apollo 13' en pleno océano Pacífico
Rescatre del 'Apollo 13' en pleno océano Pacífico - Sputnik Mundo, 1920, 07.07.2021
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La misión Artemis I orbitará alrededor de la Luna sin tripulación. Tan solo tres maniquíes. Uno de ellos homenajea a Arturo Campos. Gracias a él los tres astronautas del Apolo 13 regresaron a la Tierra con vida.
Antes de acabar el 2021, la misión Artemis I de la NASA despegará destino a la Luna. Se trata de una prueba de vuelo sin tripulación del cohete Sistema de Lanzamiento Espacial y de la nave espacial Orion. Pero, no irá vacía. A bordo viajarán tres maniquíes, que, si todo sale correctamente, pasarán en el espacio 25 días, 6 de ellos orbitando alrededor de la Luna. Una de las figuras ha sido bautizada como Comandante Moonikin Campos.
El apellido que porta este maniquí lunar no proviene de una decisión baladí. Campos resultó vencedor de un torneo por eliminatorias en honor a objetos astronómicos o personajes y programas de la NASA. Se recibieron más de 300.000 votos para una contienda en la que participaron nombres como ACE, siglas de Artemis Crew Explore; Duhart, en honor a Irene Duhart Long, directora médica del Centro Espacial Kennedy del 2000 a 2010, o Montgomery, proveniente de Julius Montgomery, primer afroamericano que trabajó como profesional técnico en la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral. En la final, Campos se impuso a Delos, la isla griega en la que nacieron Apolo y Artemisa.
Campos hace referencia a Arturo Campos, un ingeniero nacido en Texas de origen mexicano sin el cual la misión Apolo 13 se hubiese convertido en una gran tragedia. "Si no hubiera sido por el procedimiento de Campos es probable que la misión del Apolo 13 no fuera recordada como el fracaso exitoso que es hoy día, sino como un fracaso rotundo", resaltan en un comunicado los historiadores de la NASA.
La noche del 13 de abril de 1970, Campos dormía plácidamente en su casa. De pronto, sonó el teléfono. Eran los investigadores del Centro de Naves Espaciales Tripuladas. Estos le comunicaron que tenía que presentarse de inmediato para coordinar el regreso con vida de los astronautas a bordo del Apolo 13, Jim Lowell, Jack Swigert y Fred Haise. Los tres se encontraban en un aparato dañado, con un tanque de oxígeno roto y sin suministro de electricidad en el módulo de comando, a 320.000 kilómetros de la Tierra.
© Foto : NASA / Cortesía de la familia CamposArturo Campos
Arturo Campos - Sputnik Mundo, 1920, 07.07.2021
Arturo Campos
La compleja situación hizo que se abandonara la idea de alunizar. El objetivo era garantizar la supervivencia de los ocupantes del Apolo 13. Para ello, Campos y su equipo habían diseñado un plan de contingencia para abordar crisis de este tipo. Este permitía desviar energía del módulo lunar al sistema de equipamiento del módulo de comando y servicio. Pero, la modificación exigía ser hecha en tiempo real. Entonces, llegó el turno de Campos.
Durante 15 horas, los miembros de la sala de control dieron instrucciones a los astronautas del Apolo 13. Finalmente, pudo desviarse suficiente electricidad de las fuentes de energía del módulo lunar a las baterías de emergencia de los módulos de comando y servicio para proporcionar calefacción a los astronautas, asistirlos en su viaje de regreso y permitirles aterrizar a salvo en la Tierra. Campos había orquestado el plan de regreso a la Tierra de la tripulación sobre la marcha. Había conseguido salvar sus vidas. El presidente Richard Nixon reconoció su labor con la Medalla Presidencial de la Libertad en 1970.
© Foto : NASA / Cortesía de la familia CamposFotografías autografiadas de los astronautas del Apolo 13 Jim Lovell y Fred Haise, dirigidas a Arturo Campos
Fotografías autografiadas de los astronautas del Apolo 13 Jim Lovell y Fred Haise, dirigidas a Arturo Campos - Sputnik Mundo, 1920, 07.07.2021
Fotografías autografiadas de los astronautas del Apolo 13 Jim Lovell y Fred Haise, dirigidas a Arturo Campos
Más allá del Apolo 13, Campos es recordado por ser uno de los pocos trabajadores mexicano-estadounidenses del Centro Johnson. Contribuyó a la contratación de más empleados hispanos para el programa espacial y fundó y presidió el Consejo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos 660. Una entidad que otorgaba becas a estudiantes hispanos para cursar carreras universitarias. Además, trabajó como representante del Programa para la Igualdad de Oportunidades de Empleo y Discriminación Positiva del Centro Espacial Johnson y como miembro del Programa de Herencia Hispana de los asalariados.
Campos se retiró de la NASA en 1980. En 2001, falleció a causa de un infarto. En pleno 2021, su apellido y legado ascenderán al espacio. Lo hará en compañía de dos modelos de torsos humanos femeninos llamados Zohar, de la Agencia Espacial de Israel, y Helga, del Centro Aeroespacial Alemán, que ayudarán a recopilar datos sobre los niveles de radiación que se producen durante las misiones lunares. Quién le diría a aquel ingeniero de Laredo (Texas, Estados Unidos) que tendría al único satélite de la Tierra a sus pies. Al menos, en memoria.
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