Marruecos y España, dos orillas y dos visiones

BILBAO (Sputnik) — En los dos últimos meses, la agenda mediática española se vio inundada casi a diario por noticias relativas a las relaciones con su vecino del sur, Marruecos.

Es algo nada habitual, dada la tendencia de la opinión pública de este país a prestar especialmente atención a los problemas domésticos y, si acaso, mirar a Bruselas, en caso de que haya intereses económicos nacionales en juego, como ocurre a menudo, por ejemplo, con la agricultura.

Marruecos llamaba la atención de los medios españoles casi a finales de abril por la presencia en España de un personaje hasta entonces desconocido en el país, pero que para las autoridades marroquíes es el enemigo público número uno: Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario, la organización que lucha por la autodeterminación del Sáhara Occidental.

Como de todos es sabido ahora, Ghali llegó a mediados de abril a un hospital de Logroño, en el norte de España, donde estuvo hasta el 1 de junio, para ser atendido por un caso grave de coronavirus "por razones humanitarias", según argumentó el Gobierno español. Con posterioridad a su llegada, Rabat comenzó a visibilizar su malestar con comunicados de su Cancillería. Sin embargo, meses antes habían venido dándose movimientos que no habían sido puestos en el foco por los grandes titulares de la prensa española.

Trump, en diciembre

El analista español de la Fundación Alternativas, Enrique Ayala, destaca, en el pasado reciente, una fecha con especial relevancia para las relaciones bilaterales: la del 10 de diciembre de 2020.

Ese día, con Donald Trump con un pie fuera de la Casa Blanca, el aún mandatario estadounidense hizo lo que se consideró un último regalo a Israel, reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, a cambio de que Marruecos estableciera relaciones diplomáticas plenas con Israel, en un pacto cerrado personalmente entre Trump y Mohammed VI.

"Marruecos siempre se ha colocado bajo el ala de EEUU y se ha alineado siempre sin fisuras con Washington. (...) A partir de ese momento, emprendió una campaña importante para intentar cerrar este asunto que para ellos es vital", explica Ayala, en referencia a la cuestión irresuelta de la soberanía del Sáhara Occidental tras el abandono, a principios del año 1976, del territorio por la potencia colonial española.

Desde el lado marroquí, Samir Bennis, el cofundador del diario online Morocco World News que se edita en inglés, sitúa los primeros recelos en los inicios del actual Gobierno español, de coalición de izquierdas, entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos, liderado por el socialista Pedro Sánchez.

"Aparentemente y fruto de los acuerdos que tuvo que hacer Sánchez para gobernar con Podemos, este Gobierno tuvo que variar su postura respecto al Sáhara. Quebró la tradición de la primera visita a Rabat de un nuevo inquilino de La Moncloa. Esa fue la primera señal y sentó mal en Marruecos", explica en conversación con Sputnik.

En su opinión, "Podemos es el mayor respaldo político actualmente en España del Frente Polisario y sus ambiciones independentistas. Es una herencia del relato izquierdista español de los 70 por el que los saharauis eran víctimas de las ambiciones expansionistas de Marruecos", sostiene el analista.

Los tweets de iglesias

Samir Bennis rememora desde entonces algún agravio más, como los mensajes de Twitter de Pablo Iglesias de noviembre de 2020 en los que instó a la ONU a permitir a los saharauis ejercer su derecho de autodeterminación.

El analista marroquí también recuerda el reconocimiento por Estados Unidos de la soberanía marroquí en el Sáhara y afirma que posteriormente el equipo de la canciller española, González Laya, "trató de contactar con el equipo de transición de Biden para intentar revertir la decisión de Trump. Poco después de estos movimientos, Marruecos envió otra señal a España, el aplazamiento de la reunión bilateral de alto nivel prevista para el 17 de diciembre y que nunca tuvo lugar", explica.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, Bennis considera que la entrada de Ghali en España “fue solo la gota que colmó el vaso”.

¿Y el futuro?

Desde España, Enrique Ayala considera que el papel de este país puede ser el de apoyar una solución negociada entre ambas partes, "Marruecos tiene que tratar con los saharauis hasta alcanzar una solución para el territorio. Y cuando se alcance, España lo apoyará y la Unión Europea también", dice al mismo tiempo que insiste en la idea de que “no es con España con quien Marruecos tiene que tratar este tema. Es con los saharauis, que son los verdaderos dueños de su territorio, los sujetos políticos de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU".

En paralelo y a su juicio, la acción diplomática española, para evitar la presión de Rabat, tiene que estar orientada a conseguir el apoyo explícito de la Unión Europea (UE) y especialmente de Francia "el principal valedor de Marruecos en la UE".

Por la parte marroquí, el editor de Morocco World News considera que "esta crisis dejó heridas muy profundas" y que "a menos que venga un Gobierno dispuesto a abrir una nueva página, nos va a costar muchos años volver a donde estábamos antes".

Una postura, la de que la crisis está lejos de resolverse, que comparte desde España Enrique Ayala y que este 4 de junio también auguraba el diario oficialista marroquí Le 360, que publicaba un artículo de opinión bajo el título La crisis será larga, sobre lo que es un capítulo más de las complejas relaciones históricas de dos vecinos, condenados a entenderse.