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De la gloria al piso en Colombia: 8 estatuas tumbadas durante las protestas | Vídeos

© AFP 2023 / Daniel MuñozVista aérea de personas bloqueando una calle junto a un mensaje que dice “Resistimos a sus balas sin olvido”
Vista aérea de personas bloqueando una calle junto a un mensaje que dice “Resistimos a sus balas sin olvido” - Sputnik Mundo, 1920, 10.05.2021
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Los espacios públicos están llenos de monumentos y estatuas; obras de arte que los Estados utilizan para que los ciudadanos recuerden la Historia. Pero, ¿qué Historia? Durante las protestas de Colombia, varias fueron tumbadas por quienes denuncian haber sido invisibilizados en el relato nacional, y reivindican su lugar en la memoria pública.
En el piso o en ríos yacen cientos de monumentos y estatuas que se han tirado durante las protestas que sacudieron América Latina desde octubre de 2019, las antirracistas que comenzaron en Estados Unidos en mayo de 2020 —y, pese a la pandemia, se multiplicaron en el mundo a lo largo del año—, y las que desde finales de abril está atravesando Colombia.
Es larga la lista de mármoles y bronces con forma de conquistadores, esclavistas, fascistas y dictadores que han sido derribados. La gran mayoría son de hombres alabados por los Estados, pero aborrecidos por los colectivos y pueblos de minorías que históricamente han sido oprimidas. Para ellas, tirar los monumentos y estatuas al piso, es una forma de reescribir la Historia.

¿Qué monumentos se tumbaron en Colombia?

Al suelo Misael Pastrana
Pareciera que la del expresidente colombiano Misael Pastrana (1970-1974) fue una de las primeras estatuas que los manifestantes colombianos tumbaron en el marco de las protestas sociales en pos de una mejoría en las condiciones sociales y económicas. Sucedió en el municipio Neiva (Centro-oeste), capital del departamento de Huila, el 28 de abril, el primer día que se convocó al Paro Nacional.
Pastrana, oriundo de Neiva, es recordado por haber respondido a punta de pistola los reclamos de los universitarios en 1971, en lo que se recuerdan como la masacre del 26 de febrero en Santiago de Cali (oeste), en el departamento Valle del Cauca.
En un contexto de huelgas multitudinarias de distintos sectores de la sociedad y en varios puntos del país, en Cali la Policía y el Ejército colombiano reprimieron las protestas de los estudiantes y de la toma del campus de la Universidad del Valle, y asesinaron a unas 30 personas, hirieron a una decena, y detuvieron a más de 6.000.
El "Rey chico", al piso
También el 28 de abril cayó la estatua del colombiano Diego de Ospina y Medinilla (1567-1630), en la ciudad que el Estado colombiano considera fundó en 1612, Neiva.
Ospina y Medinilla fue un hombre que, además, tuvo muchos títulos: encargado de la Justicia Mayor, gobernador de varias ciudades; capitán General, alguacil, alcalde de la Real Audiencia de Santa Fe, canciller del Nuevo Reino de Granada y encomendero de Calamoima. Los que menos se le conocen son los de escalvista en las minas de Antioquia y en el Valle del Saldaña, y capitán de guerra contra los pijaos.
Sebastián de Belalcázar también cayó al suelo
El 28 de abril en Cali, los indígenas Misak derribaron la estatua de Sebastián de Belalcázar, considerado el fundador de la ciudad.
También al fin de la madrugada, los Misak utilizaron cuerdas para tirar al suelo la estatua de quien consideran fue otro genocida.
En septiembre de 2020, también en el marco de una protesta nacional contra el Gobierno de Iván Duque, los indígenas tiraron al suelo la estatua del conquistador español en Popayán.
El conquistador español, nacido en la Corona de Castilla en 1480, fue declarado gobernador propietario vitalicio de Popayán en 1540, una de las ciudades que fundó, entidad administrativa y territorial de la Nueva Granada. Murió en Europa en 1542.
No se salva ni Nariño
El 1 de mayo cayó el bogotano Antonio Amador José de Nariño (1765-1823), en el municipio de Pasto (oeste), capital del departamento de Nariño. El político y militar, conocido como el Hombre de las Leyes y recordado por haber participado en los albores de la independencia del Virreinato de Nueva Granada.
Cayó Alzate Avendaño
También el 1 de mayo llegó al suelo Gilberto Alzate Avendaño en Manizales (centro-norte), capital del departamento de Caldas. Nacido en 1910 en Bogotá, fue un escritor y político de idiología nazi, líder de una facción disidente del Partido Conservador Colombiano, y del grupo Acción Nacionalista Popular, que llevó el movimiento fascista a Colombia.
Alzate Avedaño alentó a la persecusión de judíos, y se lo acusa de replicar en Bogotá la noche de los cristales rotos —una serie de linchamientos y ataques combinados ocurridos en la Alemania nazi durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938— incitando a apedrear comercios de judíos. Falleció en 1960.
Adiós a Simón Bolívar
El 2 de mayo, en el municipio Cumbal (oeste), en el departamento de Nariño, el venezolano expresidente y considerado fundador de la Gran Colombia y de Bolivia, Simón Bolívar, fue tirado al suelo.
Al suelo Arboleda Pombo
El monumento del escalvista Julio Arboleda Pombo (1817-1862), cayó al piso el 4 de mayo en la capital del departamento del Cauca, la ciudad de Popayán (oeste).
La familia Arboleda Pombo tenía haciendas y minas donde explotaban a cientos de negros exlavizados.
Jiménez de Quesada al piso
Uno de los vídeos que más ha circulado en las redes sociales es el registro del momento en que tiraron la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada. Durante el alba del 7 de mayo, los indígenas Misak la tumbaron con cuerdas de de la plazoleta del Rosario en el centro de Bogotá (centro-norte).
Jiménez de Quesada es considerado por el Estado colombiano como el fundador de la ciudad, y por el Movimiento Alternativo Indígena y Social MAIS, como un genocida.
Jiménez de Quesada fue un español nacido en 1509, que tres décadas después conquistó el territorio al que llamó Nuevo Reino de Granada, en la actual Colombia, y fundó, entre otras, la ciudad de Bogotá. Murió allí en 1579.
Para los indígenas, Jiménez de Quesada representa "muerte, represión y saqueos", y "genocidio y violaciones de indígenas", según dijeron a la prensa local el gobernador del Cabildo Misak en Bogotá, Miguel Morales, y la líder del pueblo Camsá (o Kamëntsá), Sandra Chindoy. El gobernador agregó que su figura les recuerda la "humillación" sufrida por las mujeres indígenas, y "la guerra".
Chindoy aseguró que tumbar la estatua de Jiménez de Quesada es un "acto de resistencia" de los Misak, y llamó a todos los pueblos indígenas del país a la "sana [de] la memoria y la lucha de todos nuestros ancestros".
Entrevistada por la Agencia Anadolu, la líder indígena explicó que "una estatua se le hace a una persona que ha hecho o generado un acto heroico en cualquier territorio", por lo que para ellos "no es posible que se le rindan honores y se instale un símbolo casi de veneración a un personaje que ha sido genocida de los pueblos indígenas", que los ha "despojado" de sus territorios, violado a mujeres indígenas y "extirpado" sus formas de vida.
"Eso para nosotros es indignante, es un acto que nos revictimiza como pueblos. Por eso es que haber derribado esa estatua significa sanar la memoria, derribar narrativas oficiales y visibilizar la lucha indígena para que el pueblo colombiano se entere de lo que pasó, cuál es la verdadera historia y que los oprimidos podamos contar otra historia que ha sido oculta", añadió.
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