Tiburones de laboratorio en España para la conservación del ecosistema

Una asociación de Mallorca recupera huevos de este animal de pesca accidental y los incuba hasta su nacimiento. Luego los liberan en su hábitat marino.

"En realidad no es algo tan extraño, pero sí que es novedoso porque apenas se ha hecho", aclara Guillem Félix, el presidente de Cayume. Este enfermero veterinario habla sobre la reproducción de crías de tiburón en laboratorio. Lo acaba de lograr junto a su equipo en Mallorca, isla española perteneciente al archipiélago balear. Esta asociación nacida con el objetivo de proteger el ecosistema marino ha obtenido 12 ejemplares de escualo. Lo han logrado en una pecera donde se incuban los huevos de este animal, recuperados de una pesca accidental.

Porque el asunto tiene un recorrido a veces desconocido. Tal y como explica Félix a Sputnik, esta especie, junto con las rayas o las quimeras (todas de la familia de los elasmobranquios y de naturaleza depredadora) cae a menudo en redes de pesca de la zona. En ocasiones, a propósito, para venderlo en la lonja. Otras, por casualidad: entre otros peces aparece una hembra de tiburón o huevos que habían depositado en alguna superficie.

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© Foto : Cortesía de Cayume

Una integrante del equipo de Cayume, una asociación de Mallorca, con huevos de tiburón

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© Foto : Cortesía de Cayume

Un ejemplar de tiburón criado en pecera por Cayume, una asociación de Mallorca

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© Foto : Cortesía de Cayume

El equipo de Cayume, una asociación de Mallorca, en el laboratorio donde crían tiburones

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© Foto : Cortesía de Cayume

Un ejemplar de tiburón criado en pecera por Cayume, una asociación de Mallorca

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Una integrante del equipo de Cayume, una asociación de Mallorca, con huevos de tiburón

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Un ejemplar de tiburón criado en pecera por Cayume, una asociación de Mallorca

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© Foto : Cortesía de Cayume

El equipo de Cayume, una asociación de Mallorca, en el laboratorio donde crían tiburones

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© Foto : Cortesía de Cayume

Un ejemplar de tiburón criado en pecera por Cayume, una asociación de Mallorca

Gracias a Cayume y a una cadena de instituciones detrás, los pescadores no se deshacen de ellos: desde junio del año pasado, que iniciaron el proyecto Eggcase 2020, quienes faenan por las áreas cercanas a la isla acuden al puerto de Andratx (en el sureste) y se los entregan a la entidad titular. En colaboración con la Lonja de Palma (la capital) —y gracias a la Fundación Marilles, que financia la investigación—, los integrantes de Cayume recogen los ejemplares. Inmediatamente los llevan al Laboratorio de Investigaciones Marinas y Acuicultura de Andratx, que depende de la Consejería de Agricultura y Pesca. En estas instalaciones se encuentra todo lo necesario para una incubación óptima.

"Lo más difícil es el traslado", apunta Félix, "porque se suelen depositar en corales o plantas del fondo marino, a una temperatura fresca, y son muy frágiles, muy sensibles". Con cuidado y tratando de evitar el shock térmico, los insertan en las peceras y los cuelgan, asemejándolo a como estarían en su hábitat. "Nos avisan en cuanto llegan y son bastante resistentes dentro de la hembra, donde aguantan hasta 24 horas", detalla.

Una vez se encuentran en los tanques, a una temperatura de entre 16 y 18 grados centígrados, para que el embrión se desarrolle en el interior del huevo. Luego, cuando eclosionan, son los miembros del equipo (tanto Félix como Claudia Pich, bióloga marina, o Emmanuella Orero, oceanógrafa) quienes les dan trozos de boquerón, calamar o mejillón embadurnados en aceite de hígado de bacalao.

"Antes de ser liberados, pasan entre 25 y 50 días en la pecera", advierte Félix. Su papel es hacer un seguimiento, ver que la incubación de los huevos es correcta y que los que nacen pueden ser devueltos al mar. "Lo hacemos con tres especies de tiburón, el pintarroja, alitán o bocanegra, y con 13 de rayas", detalla el enfermero veterinario, que habla de "desequilibrio" del ecosistema cuando falta alguna de ellas.

Varios ejemplares de tiburón criados en pecera por Cayume, una asociación de Mallorca

© Foto : Cortesía de Cayume

Su posición en lo alto de la pirámide les otorga una suerte de puesto de control. Y, como en cualquier hábitat, su ausencia lo desvirtúa. Los escualos, que no suelen publicitarse para fines alimenticios en España pero se consumen en ciertos platos (como el cazón, típico de Cádiz) viven en el Mediterráneo bajo la amenaza de la pesca. De hecho, el último informe de la fundación Save the Med, relativo al año 2020, expone que de las 58 especies de tiburón registradas en aguas de Baleares 28 están amenazadas. Y dos ya se consideran extintas. Pasa lo mismo con el resto de especies: 39 de las 73 presentes en el Mediterráneo están en peligro.

"Nuestra idea es devolver lo que debería estar en el agua", argumenta Félix, que lamenta cómo estamos acostumbrados a ver todo bien limpio en la pescadería y no al ser que hay detrás. De momento han logrado estos ejemplares de tiburón y unos cuantos más de rayas, que ya liberaron hace meses: "No vamos a criar nada que multiplique su población", ríe, "y el proyecto no es tanto de salvar especies, sino de recuperar los huevos que podrían haberse perdido, saber que se puede hacer y darle visibilidad".

El passat 9 de novembre vam alliberar 6 rajades nascudes d'ous recuperats de #bycatch. El projecte #Eggcase2020 està donant bons resultats! Les rajades ja són a la mar, esperam que aconsegueixin fer-se molt grans. Nosaltres seguirem recuperant ous per retornar al mar + exemplars! pic.twitter.com/N1ijbli8Br

— Cayume Associació (@cayume_ib) November 13, 2020